Clarificar el pasado.
Es del todo necesario que superemos las pruebas de las farsas de control, de
las formas que utilizamos para someter a control a nuestros semejantes y
obtener de ellos energía, pues tan pronto como caemos en el hábito quedamos
desconectados de la fuente. Sustraernos es difícil pues al principio es un
acto inconsciente; la forma de hacerlo es llevarlo a la plena consciencia,
meditándolo en profundidad, viendo que simplemente es un truco que
aprendemos, muchas veces siendo niños y a lo largo de nuestra juventud, para
lograr que la energía venga a nosotros. En ello nos hemos quedado,
repitiendo sin cesar el mismo tipo de acontecimiento que nos ocurre
repetidamente en nuestra vida. De esta forma, nuestra vida se queda
estancada y no puede desarrollarse; paramos nuestra vida cuando maniobramos
en la farsa de control con la intención de obtener energía.
Debemos volver a los inicios de nuestra vida familiar y a nuestra juventud,
clarificar la sociedad en que vivimos, observar la farsa que tenían nuestros
padres y las personas que nos han rodeado, ver sus miedos. Mirar nuestra
adolescencia y juventud, ver mediante qué mecanismos recibíamos
atención, aprobación y energía de nuestros semejantes y de nosotros mismos y
la manera en que montamos nuestra farsa, aunque fuera a costa de otras
personas.
Todos
debemos reinterpretar nuestra vida desde un punto de vista espiritual,
comprender que somos espíritus temporalmente encarnados y con una misión que
llevar a cabo y ver quiénes somos en realidad. De esta forma, nuestra farsa
de control desaparece y nuestra vida, la auténtica, cambia de rumbo.
Podemos tener más de una farsa, pero una será la dominante. Una persona
llega hasta los extremos que sean necesarios para obtener atención y energía
en el seno de su familia y sociedad en donde se desenvuelva. A partir de
ahí, esa forma de actuar pasa a ser su estilo de control predominante cuando
quiere o necesita extraer energía de otras personas.
Después de determinar nuestra farsa alcanzamos la libertad de ser algo más
que la farsa inconsciente que representamos. Podemos encontrar en nuestras
vidas un significado superior, una razón espiritual por la que nacimos cada
uno en una familia y en una situación concreta, podemos llegar a ver quienes
somos realmente dando vigor a nuestras vidas al decidir quienes somos, qué
camino seguimos y qué estamos haciendo.
Lo
que mejoraríamos o cambiaríamos de nuestros padres y sociedad es lo que
actualmente trabajamos pues, no somos meramente una creación física de
nuestros padres, también somos su creación espiritual. Aquellas dos personas
que nos engendraron tuvieron en nuestras vidas un efecto irrevocable sobre
lo que somos. Comenzamos a vivir, a existir, en una posición flanqueada por
la "verdad" de nuestros progenitores. Por eso hemos nacido donde hemos
nacido, para alcanzar una perspectiva más elevada de los principios que
nuestros padres defendían. Nuestros caminos nos conducirán a descubrir una
verdad que será una síntesis superior de las creencias de aquellas dos
personas.
El
significado de la vida, en un sentido general, conecta con el problema de
superar los condicionamientos de nuestro pasado e impulsar nuestro camino
particular hacia adelante, hacia la comprensión y la consciencia en nuestro
vivir.
Para
que las personas con problemas emocionales evolucionemos debemos penetrar en
nuestras intensas falsas de control.
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