¿Qué es la Reflexoterapia?
En un terapia complementaria, que consiste en atenuar o
activar las funciones de nuestros organismo, por medio de la aplicación de
presiones digitales en unos puntos concretos.
Las zonas reflejas más comunes sobre las que se aplica, son
los pies, las manos, las orejas y la nariz. El iris –iridiología, véase tema- es
también una zona refleja, sin embargo su observación no nos sirve como terapia,
sino como diagnóstico, mientras a través de todas las demás, podemos practicar
ambas cosas.
Puede ayudarnos a restablecer la salud, sin interferir en
otras terapias o tratamientos.
¿En
que se basa la Reflexoterapia?
En la interconexión existente entre los órganos internos y
las extremidades –zonas reflejas- . Relacionados entre si, por medio del sistema
nervioso y los meridianos energéticos.
Así, una vez detectada la alteración del organismo, se
estimula, bien sea con una presión o un ligero masaje, la zona correspondiente,
hasta disolver el bloqueo que causó el desequilibrio o enfermedad.
¿En qué nos puede ayudar la Reflexoterapia?
Previniendo, al activar nuestro sistema de defensas. Evitando
así, en muchos casos, la aparición de la enfermedad.
Mejorando, al activarlas, todas nuestras funciones vitales.
Ayudando a encontrar equilibrio y bienestar. O a superar
enfermedades ya manifestadas como, bronquitis, dolores de cabeza, estreñimiento,
lumbago...
Origen e historia de la Reflexoterapia
Las pruebas más antiguas que se conocen sobre esta práctica,
proceden del antiguo Egipto. Se han hallado pinturas de esta técnica en la pared
de la tumba de Ankmahor, en Sakkarah, conocida como la tumba de los médicos,
alrededor del año 2330 a. C.
Aunque en Europa, los primeros escritos sobre reflexología,
datan del siglo XVI. Más cercanos a nosotros, el Doctor Fitzgerald –Médico de
EE.UU.-, y la doctora Eunice Ingham entre otros, han realizado investigaciones y
publicado numerosos libros sobre el tema.