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Dejà Vu
¿Ha tenido la sensación de experimentar algo vivido con anterioridad? ¿Ha
tenido la impresión de conocer un lugar en el que no había estado antes? ¿Ha
revivido una escena que ya había vivido mentalmente? Si ha experimentado
alguno de estos estados psíquicos antes de haberlos vivido físicamente, ha
sido protagonista de un hecho involuntario de "dejà vu". Esta expresión
francesa, "ya visto", ha sido adoptada como término definitorio de este
fenómeno.
La
Parapsicología estudia este fantástico fenómeno de conocimiento subjetivo de
lugares y hechos, y lo considera técnicamente como una forma de
"clarividencia precognitiva viajera". Es la mente la que viaja, nunca el
cuerpo físico. Es una forma de memoria perdida, su vivencia se pierde en el
sustrato profundo de la mente y no se recuerda hasta el momento de
producirse los hechos físicamente.
Esta memoria
perdida abre las puertas a las tesis del mundo de la reencarnación. Los
investigadores de las teorías reencarnacionistas, como el Dr. Ian Stevenson,
director de la División de Parapsicología del Departamento de Psiquiatría de
la Universidad de Virginia, estudian la hipótesis que el "dejà vu" pudiera
ser una forma de constatación de una vida anterior. Ello explicaría que se
tenga un conocimiento detallado de ciertos lugares sin haber estado
realmente en ellos. El "dejà vu" sería una forma de manifestación mnésica,
un recuerdo.
Evidentemente,
no existe confirmación oficial de tal tesis reencarnacionista, aunque sí
indicios de su autenticidad debido al caudal de información suministrada. El
fenómeno es, subjetivamente, real, como una precognición de hechos que
después se convierten en realidad.
La ciencia
posee explicaciones psicológicas y neurológicas al respecto, pero tampoco
están confirmadas.
El "dejà vu"
se considera un hecho auténticamente audiovisual, más complejo que la
clarividencia. El fenómeno se define por la sensación de "ya visto". A ello
hay que añadir "ya oído", "ya olfateado" y "ya sentido", porque en realidad
comprende un conjunto de sensaciones breves, pero muy intensas.
Las ciencias
psíquicas (psicología, psiquiatría) registran el "dejà vu" bajo el término
de "falsa memoria" y todavía desconocen las leyes de su funcionamiento. La
persona que experimenta este fenómeno no lo recuerda nunca en el primer
momento de producirse. No tiene conciencia de que es una premonición que más
tarde se convertirá en realidad. Por el contrario, la aparición de la
memoria perdida sólo se hace consciente en el momento en que los hechos se
manifiestan objetivamente. Entonces, el sujeto toma conciencia de un hecho
real que ya conocía.
Casi todo el
mundo ha experimentado alguna vez en su vida el "dejà vu". Cuando se
manifiesta, al convertirse en realidad, nos deja perplejos. Entonces, fuera
de control, la mente retrocede en el archivo psíquico con rapidez
relampagueante a la búsqueda de datos almacenados. La psique sabe que está
reviviendo algo que ya conocía. Las claves de los datos están grabadas en el
subconsciente que se encargará de desvelarnos de qué se trata. Sin embargo,
la mente nunca nos dice cuándo ni por qué se produjo esa vivencia.
La sensación
que tiene la persona en el momento que experimenta el "dejà vu" es
verdaderamente aterradora. El hombre, instalado con comodidad en un mundo
tridimensional regido por los conceptos espacio y tiempo, ve y siente por un
momento cómo se le escapa el control de la mente que viaja hacia un pasado
que él no conocía y le desvela cosas del futuro que acaban de producirse.
Por unos instantes se encuentra fuera de las coordenadas que rigen su ámbito
normal de desenvolvimiento. No entiende qué ha sucedido y llega a la
conclusión que necesariamente se ha "ausentado" de su vida física.
Los resultados
estadísticos de las investigaciones efectuadas en los casos de "dejà vu", no
dejan de ser sorprendentes. Un 90% de experiencias fueron vividas por
personas relacionadas con los lugares o hechos por razones socioculturales,
por lo tanto los motivos estimulantes podrían haber originado dicha
manifestación paranormal. Sin embargo, entre un 5% y un 7%, según los
lugares, parecen estar relacionados con posibles existencias de vidas
anteriores, es decir, abogan por la tesis reencarnacionistas.
Entre los
fenómenos documentados más célebres de "dejà vu" retromonitivo de
conocimiento de vidas pasadas, se encuentra el caso de Bridie Murphy,
ocurrido en 1956. Bajo estado hipnótico y por la técnica de regresión,
Virginia Thige, ama de casa de Colorado, recordaba sus vivencias anteriores
transcurridas 250 años atrás, en Irlanda, cuando ella era Bridie Murphy. Su
sintonización era tal que incluso modificaba su voz y forma de expresión
adoptando su antigua personalidad.
Naturalmente
no se tiene certeza que éste fuera un caso auténtico de reencarnación, ya
que retrotraerse a épocas anteriores en el tiempo resultó muy difícil para
los investigadores. Estos casos, aunque mínimos, no dejan de ser
extraordinarios. El sensitivo vive una retromonición en la que recuerda
nítidamente haber vivido "otra existencia". Suministra tal cantidad de datos
sobre la época, el lugar, las personas, y los hechos ocurridos por aquel
entonces, que una vez investigados y contrastados con resultados positivos,
rompen cualquier esquema lógico de la ciencia.
Si aceptamos
la realidad del fenómeno del "dejà vu", porque está constatado que
ciertamente se da, su manifestación debe necesariamente producirse siguiendo
las pautas de un proceso psíquico que debe ser activado por algún tipo de
estímulo catalizador del mismo. ¿Cómo se produce? ¿Qué explicación tiene?
¿Dónde tiene su origen?
Milenarios
conocimientos esotéricos, divulgados por prestigiosos psíquicos como Edgar
Cayce, sostienen que todo lo ocurrido en este mundo se encuentra grabado en
los registros akáshicos que en forma simbólica de faja etérica alrededor de
la Tierra, protegen la vida en el planeta. Estos registros conforman la
"mente mundial", en donde convergen todos los estadios del plano energético
del planeta, que quedan grabados en el tiempo infinito, sin pasado, presente
ni futuro. De ahí proviene todo el conocimiento que posee la humanidad.
El prestigioso
psiquiatra y padre de la psicología Carl Gustav Jung llegó a la conclusión
de que existe un subconsciente colectivo en el que confluyen el conjunto de
conocimientos acumulados en sucesivas generaciones de civilizaciones y
culturas y en donde se almacena toda la sabiduría que existe. El
subconsciente colectivo es un estadio adimensional energético. De él se
extrae toda la información que hace posible las formas de conocimiento, la
civilización y el progreso continuo que nos ha permitido llegar, en el siglo
XX, hasta las estrellas.
En esta línea
resulta relativamente fácil comprender que mediante un proceso de
interacción psíquica una persona pueda tener acceso a estos registros, y
conocer unos hechos energéticos que todavía no se han manifestado en nuestro
espacio tridimensional. Cuando se poseen estos conocimientos ocultos y llega
el momento en que se produce la manifestación de los hechos reales, tenemos
la impresión de haberlas vivido con anterioridad.
Exactamente lo
mismo puede suceder con el acceso a conocimientos referentes a vidas
anteriores. Éstas pueden ser conocidas y asimiladas como si se tratara de
experiencias propias, vividas en otra existencia anterior. Por ello es fácil
creer, erróneamente, que nosotros somos la misma persona que ha vivido
antes. En realidad, lo único demostrado es que podemos tener acceso a
información, a datos sobre otras vidas, pero no que en el pasado fueramos
los portadores de los mismos.
El acceso a
los conocimientos del subconsciente colectivo explicaría la existencia de
niños prodigio. Poseen extraordinaria sabiduría sobre algo que nadie les ha
enseñado pero que dominan a la perfección. De hecho, son conocimientos y
facultades que provienen de grandes personajes de épocas pasadas. En algunos
casos, estas personas no dudan en afirmar que ellos no son más que una
marioneta, y que son los propios espíritus de estos personajes muertos
quienes les inspiran, guían sus manos y sus mentes creativas.

Pintura
tibetana del siglo XVIII que muestra las apariciones de múltiples
divinidades reencarnadas en un solo ser.
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