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PRUDENCIA
La prudencia es una cualidad b ásica
que surge de la vida espiritual. Normalmente no se comprende el alcance que
tiene esta virtud en el ser humano. Supone consciencia, conocimiento,
sabiduría,
amor y, si es necesario, sacrificio propio; en consecuencia, la prudencia,
es el fundamento de obrar adecuadamente. Ella nos dispone para discernir, en
toda circunstancia, el verdadero bien y elegir los medios justos para
realizarlo.
La realizaci ón
del bien exige que se conozca la verdad; lo primero que se exige de quien
obra es que sea consciente y conozca. Quien ignora cómo son y están
verdaderamente las cosas no puede obrar bien, pues el bien es la acción
adecuada conforme a la realidad. El conocimiento, el saber, no debe ser
erudito, una información más dentro de la caja de la propia mente, sino que
ha de ser un contacto total que comprenda la mente y los sentimientos con la
realidad objetiva. Todo error, toda equivocación, materializada en alguna
forma concreta, sucede como una contradicción
de la prudencia.
Tambi én
pertenece al ámbito de la prudencia la “docilidad”, la actitud humilde y
sumisa de unión con el conocimiento espiritual que está
en un nivel superior al que uno se encuentra. Esa docilidad a la propia
consciencia que desintegra al engordado ego es prudencia.
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