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PROTOCOLO IV.
Las diferentes etapas de una república.- La Franc Masonería exterior.- La
libertad y la Fe.- La Competencia internacional del Comercio y de la
Industria.- El papel de la especulación.- El culto del oro.
1.- Toda República pasa por distintas etapas. La primera comprende los
primeros días de locura de un ciego que va dando tumbos a diestra y
siniestra. La segunda es la de la demagogia que da origen a la anarquía;
después viene infaliblemente el despotismo; pero no un despotismo legal y
declarado, y por consiguiente, responsable; sino desconocido, invisible,
que, sin embargo, se hace sentir; un despotismo ejercido por una
organización secreta que obra con tanto menor escrúpulos cuanto que lo
hace amparado y cubierto por distintos agentes, cuyo cambio, lejos de
perjudicarlo, lo sostiene más, dispensándole de gastar sus recursos, en
recompensar largos servicios.
2.- ¿Quién o qué está en condiciones de destruir una fuerza invisible?
Pues tal es la nuestra. La Franc-Masonería GOYIM no sirve más que para
encubrir nuestros designios; el plan de acción de esta fuerza, el punto
mismo en que se apoya, quedarán siempre para el pueblo en el más absoluto
misterio.
DESTRUIREMOS A DIOS
3.- Aun la libertad podría ser inofensiva y existir en el Estado, sin
dañar a la prosperidad de los pueblos, siempre que descansara sobre el
principio de la creencia de Dios, y de la verdadera fraternidad humana,
excluyendo la idea de igualdad, a la que aun las leyes mismas de la
creación son contrarias, supuesto que éstas establecen la subordinación
necesaria. Con esa fé, el pueblo se dejaría gobernar bajo la tutela de sus
pastores espirituales, y caminaría sumiso y tranquilo bajo la mano de su
párroco, resignado con la distribución que Dios ha hecho de los bienes de
la tierra. He aquí por qué es necesario que nosotros arruinemos la fé y
arranquemos de los espíritus GOYIM el principio mismo de la Divinidad
sustituyéndolo por los cálculos y las necesidades materiales (!!!).
4.- Así, pues, para que los espíritus GOYIM no tengan tiempo para pensar y
reflexionar, es necesario distraerlos por medio de la industria y del
comercio. De esta suerte todos los pueblos buscarán su provecho material,
y luchando cada uno por sus propias ventajas, no darán ninguna importancia
al enemigo común. Pero para que la libertad pueda de esa manera disolver y
destruir completamente las comunidades GOYIM, se necesita hacer de la
especulación la base de la industria, de tal manera que toda la riqueza
que la industria extraiga de la tierra, no quede en manos de los
industriales, sino que se emplee en especulaciones, es decir, venga a
parar a nuestras cajas.
5.- La lucha encarnizada por la supremacía, los choques de la vida
económica crearán, mejor dicho, han creado ya, sociedades sin ideales,
frías y carentes de sentimientos. Estas sociedades sentirán repugnancia
por la política noble y elevada y por la Religión. Su único culto, su
única guía será el cálculo, o lo que es lo mismo, el oro, al que se
tributará una verdadera adoración, por razón de los bienes materiales que
proporciona. Entonces, las clases humildes de los GOYIM nos seguirán en
nuestra lucha contra las clases elevadas y pensantes que están en el poder
y son nuestros competidores, y nos seguirán, no ya para hacer el bien, ni
aún siquiera por adquirir riquezas, sino solamente para satisfacer su odio
a los privilegiados. |
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