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PROTOCOLO X.
La fuerza de las cosas en política.- La genialidad de la bajeza .- Lo que
promete el golpe de Estado Franc-Masónico.- El Sufragio Universal.- La
estima de sí mismo.- Los jefes de los Franc-Masones.- El guía genial de la
Masonería.- Las Instituciones y sus funciones.- El veneno del Liberalismo.
La Constitución, escuela de disensiones de partidos.- La Era Republicana.-
Los Presidentes, hechuras de Masonería.- Responsabilidad de los
Presidentes.- El Panamá. El papel de la cámara de los diputados y del
Presidente.- La Franc-Masonería, fuerza legislativa.- La nueva
Constitución Republicana.- Tránsito a la Autocracia Franc-Masónica. -
Momento de la proclamación del rey universal. - Inoculación de
enfermedades y otros crímenes de la Franc-Masonería.
1.- Empiezo hoy por repetir lo que ya os he dicho, rogándoos recordéis que
los gobiernos y los pueblos no ven sino la apariencia de las cosas. Y
¿Cómo podrían desentrañar su sentido íntimo cuando sus representantes no
sueñan sino en divertirse? Mucho importa para nuestra plática conocer este
detalle, pues, nos servirá de mucho cuando lleguemos a tratar y discutir
sobre la división del poder, la libertad de palabra, de prensa, de
conciencia, el derecho de asociación, de la igualdad ante la ley, la
inviolabilidad de la propiedad y domicilio, los impuestos y la
retroactividad. Todas estas cuestiones son tales que nunca es necesario
tratarlas ante el pueblo directamente y abiertamente. En los casos en que
sea preciso tocarlas, no hay que enumerarlas, sino declarar en global que
los principios del derecho moderno son reconocidos por nosotros. La
importancia de esta reticencia consiste en que un principio que no se
nombra, nos deja en libertad de excluir esto o aquello, sin que nadie lo
advierta, mientras que si los enumeramos tenemos que aceptarlos sin
reservas.
2.- El pueblo siente un amor particular y una gran estimación por los
genios políticos y responde a todos sus actos de violencia con éstas o
parecidas palabras: . ¡Es un canalla, pero qué listo!...¡Esto es el colmo
de la habilidad!. Qué golpe más bien dado. ¡Pero qué bribón!
NUESTRO OBJETIVO: EL PODER MUNDIAL
3.- Nosotros contamos con atraer a todas las naciones para la construcción
de un nuevo edificio fundamental del que tenemos ya proyectado el plan. He
aquí por qué, ante todo, tenemos necesidad de hacer provisión de esta
audacia y fuerza de espíritu que en la persona de nuestros actores han de
destruir todos los obstáculos que se oponen a nuestro paso.
4.- UNA VEZ LLEVADO A CABO NUESTRO GOLPE DE ESTADO DIREMOS A LOS PUEBLOS:
Todo iba horriblemente mal; todos hemos tenido que sufrir por una causa o
por otra; esto era ya insoportable. Hemos destruido las causas de vuestros
sufrimientos, las nacionalidades, las fronteras, la diversidad de monedas.
Indudablemente que sois muy libres de jurarnos obediencia o no; ¿pero
podéis hacerlo con justicia si lo hacéis antes de experimentar lo que os
hemos dado?... Entonces nos exaltarán y llevarán en triunfo con un
entusiasmo unánime, y lleno de esperanzas. El sufragio universal, del que
hemos hecho el instrumento de nuestra entronización, y al que hemos
acostumbrado a los más insignificantes iniciados que forman parte de la
colectividad humana, por medio de reuniones, de grupos y de alianzas,
representará por última vez su papel expresando el voto unánime de la
humanidad de conocernos antes de juzgarnos.
5.- PARA ASEGURAR ESTO, DEBEMOS ARRASTRAR A TODO EL MUNDO HACIA EL
SUFRAGIO UNIVERSAL SIN DISTINCIÓN DE CLASES O CALIFICACIÓN. Para
establecer así, el absolutismo de las mayorías que no se puede obtener de
las clases de contribuyentes y pensantes. Una vez acostumbrado el mundo de
esta manera a la idea de su propio valer, queda destruida la importancia
de la familia GOYIM y las trascendencia que tiene en la educación y no
permitiremos que surjan personalidades a las que las turbas, dirigidas por
nosotros, no permitirán que se destaquen ni siquiera que levanten la voz;
las multitudes están acostumbradas a no escuchar sino a nosotros, que les
pagamos su obediencia y su atención. De esta suerte haremos del pueblo una
fuerza tan ciega, que no habrá en el Estado ninguno que esté dispuesto a
hacer cualquier movimiento sino bajo la dirección de los agentes que
nosotros pongamos para que los dirijan como jefes. El pueblo se someterá a
esta dirección, pues sabe bien que de esos nuevos jefes dependen las
ganancias, las gratuitas recompensas y toda clase de bienes.
6.- Un plan de gobierno debe ser proyectado por un solo hombre, pues
resultaría incoherente si muchos talentos se distribuyen la tarea de
formarlo. Así, nosotros podemos conocer un plan de acción; pero no debemos
discutirlo para no romper su carácter peculiar, la trabazón de sus partes,
la fuerza práctica y la significación oculta de cada uno de sus puntos.
Que el sufragio universal lo discuta y lo manosee, por decirlo así, y esto
sólo bastará para que adquiera el carácter de todas las falsas
concepciones de inteligencias que no penetran la profundidad y el enlace
de los pensamientos. Sean nuestros planes sólidos y bien concebidos como
es necesario. Por eso no debemos arrojar la producciónes de talento de
nuestros jefes a los pies de las multitudes, ni abandonarlas tampoco en
manos de sociedades de cortos alcances.
7.- Estos planes no destruirán por lo pronto las instituciones modernas.
Solamente modificarán su economía, y en consecuencia, todo su desarrollo
que se orientará de conformidad con nuestros proyectos.
EL VENENO DEL LIBERALISMO
8.- Casi en todas las naciones existen las mismas cosas, aunque tal vez
con distintos nombres: la Representación, los Ministerios, el Senado, el
Consejo de Estado, el Cuerpo Legislativo v el Cuerpo Ejecutivo. No tengo
necesidad de explicaros el mecanismo de las relaciones de estas
instituciones entre sí, porque os es bien conocido; notad solamente que
cada una de estas instituciones corresponde a una función importante del
Estado, y os ruego que toméis también en consideración que es la función y
no la institución la que yo llamo importante, no son, pues, las
instituciones las que son de importancia, sino sus funciones. Las
instituciones se han distribuido entre sí todas las funciones del
gobierno: funciones administrativas. legislativas y ejecutivas. De esta
manera, las instituciones desempeñan en el organismo del Estado un papel
semejante al de los órganos en el cuerpo humano. Si nosotros trastornamos
una parte de la máquina del Estado, éste caerá enfermo como el cuerpo
humano, y morirá.
9.- Después de haber inoculado en el organismo del Estado el veneno del
Liberalismo, toda su constitución se ha trastornado; los estados están
enfermos de una enfermedad mortal, la descomposición de la sangre; no
queda ya más que esperar que el término de su agonía.
10.- Del Liberalismo han nacido los gobiernos constitucionales que han
reemplazado entre los GOYIM a una saludable autocracia, y la constitución,
como sabéis vosotros, no es más que una escuela de desórdenes, de malas
inteligencias, de discusiones, de disputas, de agitaciones estériles de
partidos; en una palabra, es la escuela de todo aquello que hace a un
Estado perder su personalidad e individualidad. La tribuna lo mismo que la
prensa, ha condenado a los gobiernos a la inacción y a la debilidad y los
han hecho poco necesarios, inútiles, lo que fácilmente explica que sean
derribados. La era republicana ha llegado así a ser posible; hemos
reemplazado el gobierno por una caricatura de gobierno, por un
presidente que sacamos de la multitud de entre los miles de hechuras y
esclavos nuestros.
Allí está el fondo de la mina cavada por nosotros bajo el suelo de los
pueblos GOYIM.
NOMBRAREMOS LOS PRESIDENTES
11.- En porvenir no lejano, crearemos la responsabilidad de los
presidentes.
12.- Entonces, sin molestarnos, provocaremos acontecimientos de los que
nuestra creación impersonal tendrá que responder. ¿Qué nos importa si las
filas de los que aspiran al poder se van aclarando, si surgen dificultades
capaces de desorganizar completamente una nación?..
13.- En previsión de este resultado, fraguaremos la elección de
presidentes que tengan en su pasado alguna mancha infamante oculta, algún
"Panamá". El temor a las revelaciones y al escándalo y el deseo de todo
hombre que llega al poder de conservar sus privilegios y los honores que
consigo lleva el puesto, los convertirán en fieles ejecutores de nuestras
órdenes. La Cámara de Diputados encubrirá, defenderá, elegirá a los
presidentes; pero le quitaremos el derecho de iniciar leyes y de
modificarlas: este derecho se le adjudicará al presidente, que no será
sino un juguete en nuestras manos. El poder del gobierno vendrá a ser
blanco de todos los ataques. Nosotros le daremos el derecho de apelar a la
decisión del pueblo, sin tener que acudir a la intervención de sus
representantes, la Cámara; es decir: el derecho de recurrir a nuestro
servidor ciego e incondicional: la mayoría. Además, daremos al presidente
el derecho de declarar la guerra. Fundaremos este último derecho alegando
que el presidente, como jefe de todo el ejército de la nación, debe
tenerlo a su disposición para defender la nueva constitución republicana,
de la que él, el presidente, es el representante responsable.
14.- Será fácil hacerles comprender en estas condiciones que la llave de
la situación estará en nuestras manos y nadie, excepto nosotros, podrá
encauzar la fuerza legislativa.
15.- Retiraremos además a la Cámara, al implantar la nueva Constitución,
el derecho de interpelación, bajo el pretexto de que ese derecho es
contrario a la salvaguardia del secreto político. Igualmente
restringiremos por la nueva Constitución el número de representantes al
mínimum, lo que producirá el efecto de disminuir un tanto las pasiones
políticas y la pasión por la política. Si, contra lo que esperamos, esas
pasiones políticas se despertaran aún en ese corto número de
representantes, lo reduciremos a nada, por medio de un llamamiento a la
mayoría del pueblo. Dependerán del Presidente los nombramientos de
presidente y vicepresidente de la Cámara y del Senado. En lugar de
sesiones parlamentarias permanentes, limitaremos las sesiones a unos
meses. Además el Presidente, como jefe del poder ejecutivo, tendrá el
derecho de convocar o disolver el parlamento, y en este último caso, el de
aplazar el momento para una nueva convocación. Pero, para que las
consecuencias de todos estos actos, realmente ilegales, no recaigan sobre
la responsabilidad establecida por nosotros del presidente, en lo relativo
a nuestros planes,
sugeriremos a los ministros y demás funcionarios que rodean al
presidente, la idea de sobrepasar las disposiciones de éste, con sus
propias medidas, de tal manera que ellos (los ministros) vengan resultar
los responsables.
Aconsejamos encomendar esta actuación, principalmente, al Senado o al
Consejo de Estado o de Ministros, más bien que a un solo individuo.
16.- El Presidente interpretará conforme a nuestros deseos las leyes
existentes que sean susceptibles de distintas interpretaciones; las
anulará cuando le demostremos la necesidad de hacerlo; tendrá derecho de
proponer leyes provisionales, y aun nuevo cambio de Constitución, con
pretexto del bien supremo del Estado.
DESTRUIREMOS
17.- Estas medidas nos darían el medio de destruir poco a poco y paso a
paso todo aquello que en el momento de posesionarnos del poder nos hayamos
visto obligados a incluir en las Constituciones de los pueblos; por este
medio pasaremos insensiblemente a la supresión de toda Constitución cuando
llegue la ocasión y el momento de agrupar todos los gobiernos bajo nuestra
autocracia.
18.- El reconocimiento de ella puede llegar antes de la supresión de la
Constitución, si los pueblos, cansados de tantos desórdenes y de la
frivolidad de sus gobernantes dan en gritar: ". Echadlos y dadnos un rey
universal que pueda unirnos y acabar con las causas de nuestras
discordias: las fronteras internacionales, las religiones, los cálculos e
intereses de Estado: un rey que nos dé esta paz, esta tranquilidad que no
podemos alcanzar con nuestros gobernantes y representantes".
19.- Sabéis muy bien vosotros que para que estos deseos se realicen es
necesario perturbar constantemente en todos los pueblos las relaciones
entre ellos y sus gobiernos, con el propósito de cansar a todo el mundo
con la desunión, la enemistad, el odio y aun con el uso de la tortura,
mediante el hambre, mediante la inoculación de enfermedades, mediante la
miseria, para que los GOYIM no encuentren otra salvación que tomar refugio
en nuestra plena y absoluta soberanía en dinero y en todo aquello.
20.- Si damos a los pueblos una tregua para respirar, tal vez el momento
favorable no llegará jamás. |
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