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PROTOCOLO XVII.
Abogados.- Influencia de los sacerdotes GOYIM.- La libertad de
conciencia.- El rey de los Judíos, Patriarca y Pontífice.- Medios de lucha
entre la Iglesia existente.- Problemas de la prensa contemporánea.-
Organización de la policía.- La policía voluntaria.- El espionaje conforme
al modelo judío.- Los abusos del poder.
1.- La profesión de abogados, ha producido hombres crueles, fríos,
testarudos, sin principios, que se colocan siempre en un terreno
impersonal netamente legal. Se proponen a todo trance la defensa y no el
bien social. De ordinario no rehúsan defensa alguna tratando de obtener la
más alta recompensa por su labor y aferrándose a las argucias de la
jurisprudencia: esto es, lo que ha desmoralizado a los tribunales. Por
todo esto, permitiendo esta profesión dentro de ciertos límites, haremos a
sus miembros funcionarios ejecutivos. A los abogados, lo mismo que a los
jueces, se les privará del derecho de comunicarse con los litigantes:
recibirán las causas del tribunal; las estudiarán según las memorias y los
documentos de los relatos judiciales, defendiendo a sus clientes conforme
a los interrogatorios del tribunal, una vez que esté terminado el
esclarecimiento de los hechos. Los honorarios que percibirán serán
independientes de la calidad de la defensa. De esta manera tendremos un
defensa honesta e imparcial, dirigida no por el interés, sino por la
convicción. Esto suprimirá también la corrupción actual de los asesores, a
los que no consentiremos más que en el caso que aquel que pague sea el que
gane una causa….
DESTRUIREMOS A LOS CLÉRIGOS
2.- Hemos tenido buen cuidado de desacreditar la clase de los sacerdotes
GOYIM y de desorganizar por este medio su ministerio, que mucho podría en
la actualidad perjudicarnos. Su influencia sobre los pueblos decrece más
cada día. La libertad de conciencia está hoy proclamada en todas partes.
Por lo tanto, sólo algunos años tendremos que esperar para ver la ruina
completa de la religión Cristiana; lograremos aún más fácilmente la
completa extinción de las demás religiones; pero es demasiado pronto para
hablar de ello. Al clericalismo y a los clericales los meteremos dentro de
marcos tan estrechos, que su influencia será casi nula en relación con la
que tuvieron en épocas pasadas.
3.- Pero, cuando los pueblos se echen encima de ellos, asumiremos el papel
de defensores para evitar el derramamiento de sangre. Por esta línea
curva, penetraremos dentro de la fortaleza, y por nada la abandonaremos
hasta arruinarla completamente.
4.- El rey de los judíos será el verdadero papa del universo, el patriarca
de la Iglesia internacional.
5.- Pero mientras tanto no hayamos educado a la juventud en las nuevas
creencias de transición, y después en las nuestras, no tocaremos de una
manera manifiesta a las iglesias EXISTENTES; pero lucharemos contra ellas
por medio de la crítica, provocando lAs disensiones.
6.- En general, nuestra prensa contemporánea revelará los negocios de
estado, las religiones, la ineptitud de los GOYIM, todo ello en términos
los más indecentes para difamarlos de todas maneras, como exclusivamente
sabe hacerlo el genio de nuestra raza.
7.- Nuestro reinado será la apología del reinado de Visnú, que es su
símbolo: de nuestras cien manos cada una tendrá un resorte de la máquina
social. Todo lo veremos sin la ayuda de la policía oficial, que tal como
la hemos formado, en la actualidad no deja a los gobiernos GOYIM que vean
todo lo que sería necesario. Conforme a nuestro programa una tercera parte
de las personas vigilará a los demás, y esto no por otro móvil que el
sentimiento del deber y por servir al Estado voluntariamente. Entonces no
se considerará deshonroso servir de espía y delator. sino algo digno de
alabanza y premio; pero las delaciones mal fundadas serán cruelmente
castigadas, para que no haya abusos en este sentido.
8.- Nuestros agentes serán sacados lo mismo de las altas clases sociales
que de las bajas; de la burocracia que se divierte; de entre los editores,
libreros, impresores, dependientes de comercio, obreros, cocheros,
lacayos, etc. Esta policía desprovista de derechos, sin autorización para
obrar por sí misma, y por lo tanto, sin poderes, no hará otra cosa sino
servir de testigo y presentar sus denuncias: la comprobación de las
denuncias y las aprehensiones dependerán de un grupo de Directores de los
asuntos policíacos, las aprehensiones serán efectuadas por el cuerpo de
gendarmes y por la policía municipal. El que no presente su informe o
denuncia de lo que haya visto u oído, sobre cuestiones políticas, será
considerado igualmente como culpable del delito de encubridor o como
cómplice, lo mismo que si hubiera cometido ambos delitos.
9.- Del mismo modo que hoy nuestros hermanos están obligados bajo su
responsabilidad, a denunciar ante la comunidad a los renegados o a toda
persona que emprenda cualquier acción contraria a esa misma comunidad, así
en nuestro reino universal será obligatorio para todos nuestros súbditos
servir al Estado en esa misma forma.
10.- Esta organización destruirá los abusos de la fuerza, de la corrupción
y todo aquello que nuestros consejos y nuestras teorías de los derechos
del hombre han introducido en las costumbres de los GOYIM. Pero ¿cómo si
no hubiéramos podido obtener que se multiplicaran los motivos de desorden
en sus gobiernos? ¿Por qué otros medios más aptos? Ciertamente, uno de los
más importantes son los agentes a cuyo cargo está la conservación y el
restablecimiento del orden. A éstos hay que dejarlos en condiciones de que
puedan manifestar y desarrollar sus malas inclinaciones y caprichos, de
que abusen, en fin, de sus poderes, y al primer Jefe, aún de que pueda
aceptar de vez en cuando sus vasos de vino. |
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