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Plenitud.
Rápido
corre el torrente, teñido de verde
por las hierbas fragantes.
Los viejos pinos toman el matiz
azulado de las montañas lejanas.
De pie donde borbota el agua,
levanto mi flauta.
Niños inmortales se juntan en la cueva
para escuchar su música,
bajo los precipicios, la niebla se espesa.
¡No viene nadie todavía!
Suavemente descienden nubes blancas,
oh, suavemente,
cubriendo con su velo el musgo verdoso
los pinos han alfombrado la tierra,
enmudecen ahora los pájaros;
una brisa ligera abanica mi saco de caminante
alentando sueños.
Comentario.
Este es un poema sobre el Monte Wu I en el que hay una alegría exuberante
por la hermosura de la naturaleza. Lo escribió un ermitaño taoísta que quiso
le llamaran Pai Yü Ch'an, que significa “Sapo de la Luna Blanca”, animal que
vive en la luna y trabaja sin cesar en la confección del elixir de oro.
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