Grados de Posesión.
Popularmente se llama poseso a todo aquel cuyo cuerpo y mente están siendo
manejados por una entidad inmaterial, sea maléfica o no. En el caso de ser
maligna se le denomina posesión diabólica, pero en realidad este estado
tiene dos grados de manifestación según su gravedad. En primer lugar la
Obsesión diabólica y en segundo la Posesión diabólica. Este baremo va en
función de la intensidad del estado psicopatológico del afectado.
1.
Se denomina Obsesión diabólica cuando la acción demoníaca sólo afecta
exteriormente al poseso y no penetra en su interior, en su alma; por
ejemplo, cuando la obsesión perturba los sentidos, los órganos
sensoriales, atormenta el cuerpo, produce alucinaciones... También se
entiende por Obsesión diabólica cuando la acción demoníaca se manifiesta
esporádicamente, durante un determinado espacio de tiempo, tras el cual el
individuo recupera y conserva la personalidad primaria.
2. Se
denomina Posesión diabólica cuando la acción demoníaca penetra en el
interior del espíritu y del cuerpo de la persona, apoderándose de su alma y
de todo su ser, influyendo tanto exterior como interiormente en su
personalidad primaria, incluso provocando fenómenos paranormales
inexplicables.
También se considera
Posesión diabólica cuando la manifestación de la acción demoníaca es
continua y la personalidad primaria del individuo se halla totalmente
desvirtuada, y su lugar es suplantado por "otra nueva personalidad"
totalmente desconocida.

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