|
Las fórmulas
La del Gran
grimorio, repetida en el vulgar Dragón Rojo, ha sido
voluntariamente alterada al imprimirla. He aquí tal y como hay que leerla:
"Pero Adonai
Eloim, Adonai, Jehová, Adonai Sabaoth, Metraton, On Agla, Adonai, Mathon,
verbum pythonicum, mysterium salamandrae, conventus sylphorum, antra
gnomorum, daemonia Coeli, Gad, Almousin, Gibor, Jehosua, Evam, Zariatnatmik,
veni, veni, veni."
La gran
llamada de Agrippa, consiste solamente en estas palabras: Dies Mies Jeschet
Boenedoesef Douvema Enitemaus. Nosotros no nos vanagloriamos de comprender
el sentido de estas palabras, que quizá no lo tengan, por lo menos no deben
de tener ninguno que sea razonable, puesto que ellas tienen el poder de
evocar al diablo, que es la soberana sinrazón (Eliphas Levi).
Pico de la
Mirándola, sin duda, por el mismo motivo, afirma que en Magia negra las
palabras más bárbaras y las más absolutamente ininteligibles son las más
eficaces y las mejores.
Las
conjuraciones se repiten elevando la voz y con imprecaciones, amenazas,
hasta que el espíritu responde. Acude, ordinariamente, precedido de un
viento fuerte, que parece estremecer todo el campo. Los animales domésticos
tiemblan entonces y se esconden; los asistentes sienten un soplo en su
rostro y los cabellos humedecidos por un sudor frío, se erizan.
La grande y
suprema llamada, según Pedro de Apolono, es esta:
"¡Hemen Etan!
¡Hemen Etan! ¡Hemen Etan! El * Ati * Titeip * Azia * Hin * Teu * Minosel *
vay * Achadon * vay * vaa * Eye * Aaa * Eie * Exe * A EL EL EL A ¡Hg! ¡Hau!
¡Hau! ¡Hau! ¡Hau! ¡va! ¡va! ¡va! ¡va! ¡CHAVAJOTH!
¡Aie Saraye,
aie Saraye, aie Saraye! Per Eloym Archima, Rabur, Bathas Super Abrac ruens
superveniens Abeor Super Aberer ¡Chavajoth! ¡Chavajoth! Impero tibi per
clavem Salomonis et nomen magnum Semhamphoras."
|
|