Un nuevo
día... hoy.
Esta mañana desperté emocionado con todas las cosas que tengo que hacer
antes de que el reloj marque la medianoche. Tengo responsabilidades que
cumplir hoy. Soy importante. Mi trabajo es escoger qué clase de día voy a
tener.
Hoy puedo quejarme
por que el día esta lluvioso y me mojaré, y mi coche que ayer limpié se
volverá a ensuciar, o puedo dar gracias porque las plantas está siendo
regadas o porque la polución disminuirá.
Hoy me puedo sentir
triste porque no tengo más dinero o puedo estar contento de que mis
finanzas me empujan a planear mis compras con inteligencia y no me hace
falta realmente más.
Hoy puedo quejarme
de mi salud o puedo regocijarme de estar vivo.
Hoy puedo
lamentarme de todo lo que mis padres no me dieron mientras estaba
creciendo o puedo sentirme agradecido de que me permitieran haber nacido y
disfrutar de aquello que tanto me gustó.
Hoy puedo llorar
porque las rosas tienen espinas o puedo celebrar que las espinas tienen
rosas.
Hoy puedo
autocompadecerme por no tener muchos amigos o puedo emocionarme y
embarcarme en la aventura de descubrir nuevas relaciones.
Hoy puedo quejarme
porque tengo que ir a la escuela o puedo abrir mi mente enérgicamente y
llenarla con nuevos y ricos conocimientos.
Hoy puedo murmurar
amargamente porque tengo que hacer las labores del hogar o puedo sentirme
honrado porque tengo un techo para mi cuerpo, mente y alma.
Hoy el día se
presenta ante mi esperando a que yo le de forma, y aquí estoy, el escultor
que tiene que darle forma. Lo que suceda hoy depende de mi, yo debo
escoger qué tipo de día voy a tener.
Junto al sol las
esperanzas de un nuevo día brillan al amanecer. Un nuevo día, una nueva
oportunidad de ser mejor. Lo que hoy hagas que sea mejor de lo que ayer
hiciste, pero no tan bueno como lo que realices mañana. Ese es el camino.
Un nuevo día, para
olvidarse del conformismo y no pensar que ya lo hemos dado todo en la
vida. Si piensas que ya lo has dado todo, solamente te estás negando la
oportunidad de ser mejor. Piensa a cada momento que todo lo que hagas
puede ser aún mejor, y tu espíritu de lucha te impulsará en este nuevo día
por el sendero de la paz y la felicidad.
Un nuevo día, donde
el éxito toca a tu puerta. No olvides que el éxito no es una casualidad
sino la recompensa para quien lo buscó y luchó por él, no olvides, que el
éxito no son las palmas y el reconocimiento de los demás, sino tu paz
interior. El éxito es para:
- quien al caer
supo levantarse.
- quien necesitó
ayuda y supo pedirla.
- quien cuando se
sintió solo buscó compañía y la compartió.
- quien cuando tuvo
duda buscó a un consejero.
- quien antes de
buscar ser entendido pudo entender.
- quien estuvo
dispuesto a empezar en cualquier momento.
- quien comprendió
que el amor es la fiel recompensa de amar.
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