NO SABER. REFLEXIONES
Si reflexionas sobre este breve texto, si
permites que estas pocas palabras te vayan enriqueciendo con su profundo
significado, de la misma manera que el agua vivifica a un árbol, tu
esencia transmutará.
Si uno puede llegar realmente a ese estado
en el que dice: “no sé”, ello indica un sentido extraordinario de
humildad, cesa todo temor porque ha llegado a su fin todo sentido de
reconocimiento, de búsqueda dentro de la memoria; ya no hay más
indagación en el campo de lo conocido. Entonces adviene eso que es
extraordinario.
Cuando uno puede decir “no sé” se ha
detenido todo el condicionamiento. Debemos estar alerta, mediante el
conocimiento propio, a todo el proceso del propio pensar. Es necesario
que veamos que cada pensamiento, por noble o innoble y necio que sea,
tiene sus raíces en lo conocido, en la memoria. Si uno ve esto con mucha
claridad, al confrontar la mente con un problema, con un conflicto, es
capaz de de decir: “no sé”, porque no tiene ninguna respuesta.
La mente que es capaz de decir “no sé” se
halla en el único estado en que algo puede ser descubierto. Sólo cuando
la mente descarta todo conocimiento adquirido, todo maestro, instructor,
texto sagrado, religión; sólo cuando está sola, incontaminada -lo cual
implica que ha llegado a su fin el movimiento de lo conocido- hay
posibilidad de una revolución tremenda, de un cambio fundamental.