Tal vez ya hayas experimentado los orgasmos múltiples. Aunque pueda parecer
algo sorprendente, muchos hombres son multiorgásmicos antes de entrar en la
adolescencia y empezar a eyacular. Más de la mitad de los muchachos
preadolescentes pueden tener su segundo orgasmo poco después del primero, y
casi un tercio pueden tener hasta cinco orgasmos o más, uno detrás de otro.
Se puede alcanzar el clímax sin eyaculación.
Pero los orgasmos múltiples no
están limitados a los preadolescentes. También hay hombres mayores, incluso
de treinta años o más, que pueden igualar estos resultados. Algunos hombres
pueden inhibir la emisión de semen al tiempo que experimentan las
contracciones orgásmicas: en otras palabras, tienen orgasmos sin eyacular.
Tales orgasmos no parecen estar seguidos por un periodo refractario (pérdida
de erección), lo que permite a estos hombres tener orgasmos múltiples como
las mujeres.
La gran mayoría de los hombres
pierden la capacidad de ser multiorgásmicos posiblemente porque para muchos
de ellos la experiencia de la eyaculación es tan intensa que eclipsa la del
orgasmo, haciendo que no puedan distinguir entre ambas.
Un hombre multiorgásmico
describió así su primera eyaculación: “Todavía lo recuerdo con claridad.
Estaba teniendo un orgasmo, lo que era habitual, pero esta vez salió
bruscamente de mí un chorro de líquido blanco. Creí morir. Juré a Dios que
no volvería a masturbarme, propósito que duró más o menos un día”.
Como el orgasmo y la
eyaculación ocurren a los pocos segundos uno de otro, es muy fácil
confundirlos. Para hacerte multiorgásmico, debes aprender (o quizá
reaprender) a separar entre las distintas sensaciones de la excitación y a
disfrutar del orgasmo sin traspasar la cima de la eyaculación. Entender que
el orgasmo y la eyaculación son dos cosas diferentes te ayudará a
distinguirlas en tu cuerpo.
El orgasmo es una de las
experiencias humanas más satisfactorias y, si alguna vez lo has disfrutado
(casi todos los hombres lo han hecho), no necesitas que te lo defina. Pero
no todos los orgasmos se originan de la misma forma. El orgasmo es
ligeramente diferente para cada persona e incluso es distinto para la misma
persona en momentos diferentes. A pesar de ello, los orgasmos masculinos
comparten ciertas características comunes: movimientos corporales rítmicos,
aumento del pulso, tensión muscular y, posteriormente, una repentina
liberación de la tensión que incluye contracciones pélvicas. Además es muy
placentero.
Aunque de los procesos sexuales el orgasmo es el peor entendido, el orgasmo
incluye contracciones rítmicas involuntarias del esfínter anal,
hiperventilación (aumento del ritmo respiratorio), taquicardia (aumento del
ritmo cardíaco) y una elevación de la presión sanguínea.
Los cambios descritos en estas
definiciones se producen en todo el cuerpo. Sin embargo, durante mucho
tiempo el orgasmo ha sido (y para muchos hombres sigue siendo) un asunto
estrictamente genital. Pero el orgasmo afecta a todo el cuerpo y no sólo a
los genitales. En Oriente, se ha sabido desde hace mucho tiempo que el
orgasmo afecta a todo el cuerpo y han desarrollado técnicas para extender el
placer orgásmico.
Actualmente, muchos
investigadores dentro del campo de la sexualidad afirman que el orgasmo
tiene más que ver con el cerebro que con la fuerza muscular. La
investigación de las ondas cerebrales está empezando a revelar que el
orgasmo podría ocurrir fundamentalmente en ese órgano. El hecho de que se
puedan tener orgasmos estando dormido (sin que medie contacto corporal)
parece confirmar esta teoría, y la estimulación mediante electrodos de
ciertas zonas cerebrales produce un placer sexual similar al producido por
la estimulación física. A muchos terapeutas sexuales les gusta decir que el
sexo ocurre en el cerebro. Hay cierta verdad en esta afirmación,
particularmente cuando hablamos del orgasmo.
A diferencia del orgasmo, que
es una experiencia cumbre a nivel físico y emocional, la eyaculación es un
simple reflejo que ocurre en la base de la columna y da como resultado la
expulsión del semen.
Muchos hombres se quedan fríos
ante la idea de un orgasmo sin eyaculación porque llevan mucho tiempo, a
veces décadas, viviendo el sexo con eyaculación. Lo primero que tienen que
hacer es desmitificar esta, ya que no es más que un espasmo muscular
involuntario.
Con la práctica es posible
aprender a experimentar el sentimiento cumbre del orgasmo sin activar el
reflejo de la eyaculación. En este apartado te explicaremos cómo separar
exactamente el orgasmo de la eyaculación y cómo extenderlo por todo el
cuerpo. Porque los hombres, al igual que las mujeres, pueden tener orgasmos
múltiples.
En reposo, el ritmo cardíaco
masculino tiene una media de unas 70 pulsaciones por minuto; durante el
orgasmo el ritmo casi se dobla, elevándose a 120 pulsaciones; y después del
orgasmo, el corazón recupera el ritmo de reposo. También se suceden las
contracciones pélvicas (más obvias en el movimiento de tensión involuntaria
del ano), que coinciden con el aumento del ritmo cardíaco durante el
orgasmo.
Los gráficos de excitación
sexual de los hombres multiorgásmicos son idénticos a los de las mujeres
multiorgásmicas. Quizá los hombres y las mujeres sean más parecidos de lo
que solemos pensar. Evolutivamente, esta similitud tiene sentido ya que los
genitales masculinos y femeninos proceden del mismo tejido fetal.
La sexualidad masculina y
femenina son casi idénticas, y los hombres pueden experimentar orgasmos
múltiples, como las mujeres. La media de orgasmos de los hombres
multiorgásmicos, en algunos estudios científicos realizados, es de cuatro.
Algunos tienen un mínimo de dos, y alguno puede llegar a tener hasta
dieciséis. En muchos estudios, la mayoría de los hombres declaraban haber
tenido entre dos y nueve orgasmos por sesión.
De todas formas, es importante
mencionar que la alquimia sexual no se basa en llevar la cuenta de los
orgasmos, sino que más bien trata de cultivar una sexualidad sana y
satisfactoria y de transmutar la energía sexual. Así, uno puede sentirse
satisfecho con uno, con tres o con dieciséis orgasmos. Cultivar la
sexualidad significa profundizar en el placer corporal y aumentar la
capacidad de intimar con tu pareja.
Cada persona y cada
experiencia sexual es diferente, por lo que el número “justo” de orgasmos
dependerá del deseo que tú y tu compañera tengáis en ese momento. Cuando te
hagas multiorgásmico, no tendrás que preocuparte por durar más tiempo
o por cuántos orgasmos tiene tu compañera porque ambos podréis tener todos
los orgasmos que queráis.

Gráfico del hombre multiorgásmico