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Magia y
Religión.
Pero volvamos a
nuestro tema. Para muchos autores, la magia no es más que simplemente un
estadio primitivo de la religión. Cuando la inteligencia humana aún no había
dado nacimiento a los dioses, creía en "fuerzas". Estas fuerzas, siendo
naturales, se hallaban en condiciones de ser gobernadas y dominadas. El
intento de gobernarlas y dominarlas dio origen a la Magia.
Más tarde, estas
fuerzas se humanizaron (o divinizaron), y la Magia se transformo en
Religión.
Esta teoría es
ciertamente muy interesante... pero no es totalmente exacta. Hay,
evidentemente, un paralelismo palpable entre Magia y Religión, hasta tal
punto que algunas veces han llegado incluso a nacer juntas. Existen
religiones mágicas, al igual que existe una magia religiosa.
Sin embargo, entre
ambos conceptos hay una gran diferencia. En un principio, es probable que
Magia y Religión fueran lo mismo; sin embargo, con el tiempo la diferencia
se va marcando poco a poco, y va haciéndose más patente. En el camino
colateral pero divergente de ambos conceptos, la Religión va delimitándose
lentamente, especializándose en lo que por otro lado constituye solamente
uno de los aspectos de la Magia. Porque la Magia (como veremos enseguida),
posee tres atributos: pregunta, exige y pide. La religión, por su
parte, lo único que hace es pedir. Esto último puede hacerlo todo el
mundo... y es por esto por lo que a todo el mundo se dirige a la Religión.
El preguntar y el exigir, en cambio, sólo puede hacerlo una muy pequeña y
selecta minoría, por lo que la Magia sólo va a los iniciados.
Es por ello, por su
finalidad primordial de ofrecer un camino y una luz espiritual a todos los
seres humanos, que la Religión abandona pronto estos dos últimos caminos de
la Magia, abriendo un camino particular para ella. Ciertamente, como dos
cosas que tuvieron un origen común, la Religión seguirá vistiendo en su
liturgia algunos de los ropajes y ritos que son propios también de la
Magia... pero sólo en su plano externo. Querer buscar cualquier otro
paralelismo más profundo es un grave error.

La diferencia entre magia y religión se nos aparece muchas veces tan poco
definida que llegan incluso a confundirse. En la rueda de oraciones
tibetana no se pide, sino que se espera un efecto automático de la acción.
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