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La magia y el hombre.
¿Y
cuál es, dentro del contexto general, hasta aquí descrito, el papel del
hombre? Hay que señalar aquí que el hombre es en realidad otro universo...
un universo en miniatura, en correspondencia total con los otros universos.
Dentro de este universo particular, hemos hablado ya de ello, hay que
distinguir tres planos distintos: el físico, el astral y el espiritual, con
todas sus correspondencias y analogías que van de uno a los otros dos.
Y
tenemos en esta trinidad la segunda gran finalidad que persigue la Magia...
la esencia de lo que se ha dado en llamar "Alta Magia". La Alta Magia es la
sublimación de toda la Magia, es el fin último que persigue el mago al
iniciar su camino. Porque el sublime objetivo, el fin último
de la Magia, es el de lograr una elevación del espíritu humano, una
superación del hombre en sí mismo a través de la adecuada acción del propio
mago sobre el plano físico, cuya acción repercutirá naturalmente sobre los
otros dos planos, el astral y el espiritual. El objetivo general de la Magia
es, pues, alcanzar la perfección. Claro que éste es el fin sublime y
último... y por supuesto el más difícil de alcanzar, al que sólo llegan
algunos pocos y perseverantes elegidos. Para llegar a él es preciso antes
ascender multitud de peldaños, ir remontando poco a poco la escala de la
Magia a través de sus distintos y difíciles niveles.

Tassili-n-Ajjer, en el Sahara. Estas misteriosas figuras, de gran tamaño,
representan para muchos a seres venidos de extraños mundos, mientras que
para otros son los primitivos habitantes del lugar entregados a prácticas
mágicas. Como en tantos otros casos, las piedras siguen guardando un secreto
para nosotros inviolable.
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