LA LIBERTAD INTERIOR. REFLEXIONES
Para
comprender lo que es la libertad, primero tenemos que entender lo que
genera el sentimiento de esclavitud. No hay cadenas físicas que nos
limiten. Se trata de actitudes, creencias, hábitos y características de
la propia personalidad que nos hacen sentir el peso de una situación.
Hay esclavitudes creadas a través de la mala convivencia con los demás
en el pasado.
Hay esclavitudes relacionadas con las expectativas de los demás, la
familia, la sociedad.
Hay esclavitudes en la atmósfera de confusión generalizada que existe en
el mundo a nuestro alrededor.
Hay esclavitudes en las propias flaquezas internas.
Estos cuatro tipos de presión suprimen el sentimiento de ser libre. Las
esclavitudes se adquieren. No forman parte de la naturaleza original del
ser. A través del conocimiento sobre la naturaleza real de las
esclavitudes, podremos disminuir su efecto de forma considerable.
Entonces podemos empezar a disfrutar de nuestra libertad verdadera: la
espiritual. Esta reconquista interna se llama autosoberanía. Nos
capacita a conseguir la libertad para ser lo que siempre hemos querido
ser: pacíficos, alegres, benevolentes, amables. Es precisamente esta
nueva naturaleza que aflora lo que también se gana los corazones de los
demás.
En la libertad del ser, desarrollamos nuestra individualidad y se
destacan algunas cualidades que le son propias. De forma natural se
desarrolla respeto hacia uno mismo, derivado del sentimiento de
soberanía que ejercemos sobre nuestros tesoros – pensamientos, palabras,
acciones, tiempo, energía y riqueza. Se hace fácil formar parte de
cualquier grupo de personas, en la familia o en el trabajo. Debido a la
fuerza y la comprensión que existen en este estado espiritual, es fácil
amar primero y de forma constante, a las personas que forman parte de
nuestro día a día. Aprendemos en ese estado algunos principios
importantes:
Es preciso tener libertad sin individualismo, sin importancia personal.
Es preciso saber amar sin caer en las garras del apego.
Es preciso ser libre internamente. Ésa es la auténtica independencia.
.

|