|
AXIOMAS
HERMÉTICOS
"La posesión del conocimiento, si no va acompañada por una manifestación y
expresión en la práctica y en la obra, es lo mismo que el enterrar metales
preciosos: una cosa vana e inútil. El conocimiento, lo mismo que la fortuna,
deben emplearse. La ley del uso es universal, y el que la vida sufre por
haberse puesto en conflicto con las fuerzas naturales".
Las enseñanzas herméticas han sido
cuidadosamente mantenidas en secreto, en el corazón de sus afortunados
poseedores, por las razones ya expuestas, pero nunca se pensó en mantenerlas
siempre así. La ley del uso está encerrada en dichas enseñanzas, como puede
verse en el párrafo anterior. Si no se emplea y expresa, el conocimiento es
una cosa vana que no puede aportar el menor beneficio a su poseedor ni a su
raza. Guardémonos de toda avaricia mental, y expresemos en la acción lo que
hayamos aprendido. Estúdiense los axiomas y aforismos, pero practíquenselos
también.
Damos a continuación algunos de los más
importantes axiomas herméticos, tomados de "El Kybalion", con algunos
comentarios agregados. Que cada uno los haga suyos y los practique y emplee,
porque nunca serán realmente una posesión propia hasta que se los haya
llevado a la práctica.
"Para
cambiar vuestra característica o estado mental, cambiad vuestra vibración".
Uno puede cambiar sus vibraciones mentales,
mediante un esfuerzo de la voluntad, fijando la atención deliberadamente
sobre el estado deseado. La voluntad es la que dirige a la atención, y ésta
es la que cambia la vibración. Cultívese el arte de estar atento, por medio
de la voluntad y se habrá resuelto el problema de dominar las propias
modalidades y estados de la mente.
"Para destruir un grado de vibración no
deseable, póngase en operación el principio de polaridad y concéntrese a la
atención en le polo opuesto al que se desea suprimir. Lo no deseable se mata
cambiando su polaridad".
Ésta es una de las más importantes fórmulas
herméticas y está basada sobre verdaderos principios científicos. Ya se
indicó que un estado mental y su opuesto eran sencillamente dos polos de una
misma cosa, y que mediante la transmutación mental esa polaridad podía ser
invertida. Los modernos psicólogos conocen ese principio y lo aplican para
disolver los hábitos no deseables, aconsejando a sus discípulos la
concentración sobre la opuesta cualidad. Si uno tiene miedo, es inútil que
pierda su tiempo tratando de matar el miedo, sino que debe cultivar el
valor, y entonces el miedo desaparecerá. Algunos autores han expresado esta
idea, ilustrándola con el ejemplo de una habitación oscura. No hay que
perder el tiempo tratando de arrojar afuera a la oscuridad, sino que es
machismo mejor abrir las ventanas y dejar entrar la luz, y la oscuridad
desaparecerá por sí sola. Para matar una cualidad negativa es necesario
concentrarse sobre el polo positivo de esa misma cualidad, y las vibraciones
cambiarán gradualmente de negativas en positivas, hasta que finalmente se
polarizará en el polo positivo, en vez de estarlo en el negativo. La inversa
es también verdad, porque muchos han encontrado el dolor por haberse
permitido vibrar demasiado constantemente en el polo negativo de las cosas.
Cambiando la polaridad pueden dominarse las modalidades y estados mentales,
rehaciendo toda la disposición propia y construyendo así el carácter. Mucha
parte del dominio que los herméticos avanzados poseen sobre su mentalidad es
debida a la inteligente aplicación de la polaridad, que es uno de los más
importantes aspectos de la transmutación mental. Recuérdese el axioma
hermético, citado anteriormente, que dice:
"La mente, así como los metales y los
elementos, puede transmutarse de grado en grado, de condición, de polo a
polo, de vibración en vibración".
Dominar la polaridad significa dominar los
principios de la transmutación o alquimia mental; porque, salvo que se
adquiera el arte de cambiar la propia polaridad, no se podrá afectar el
ambiente que nos rodea. Si comprendemos ese principio podemos cambiar
nuestra propia polaridad, así como la de los demás, siempre que dediquemos a
ello el tiempo, el cuidado, el estudio y la práctica necesarios para dominar
ese arte. El principio es verdad, pero los resultados que se obtienen
dependen de la persistente paciencia y práctica del estudiante.
"El ritmo puede neutralizarse mediante el arte
de la polarización".
Como ya explicamos en los capítulos
anteriores, los herméticos sostienen que el principio del Ritmo se
manifiesta en el Plano Mental, así como en el Plano Físico, y que la
encadenada sucesión de modalidades, sentimientos, emociones y otros estados
mentales, son debida al movimiento oscilante del péndulo mental, que nos
arrastra de un extremo a otro. Los herméticos enseñan además que la ley de
la neutralización nos capacita, en gran extensión, a sobreponernos a la
operación del Ritmo en la conciencia. Como ya hemos explicado, existe un
plano de conciencia superior, así como uno inferior, y el maestro,
elevándose mentalmente al plano superior, hace que la oscilación del péndulo
mental se manifieste en el plano inferior, mientras él permanece en el otro,
librando así su conciencia de la oscilación contraria.
Ésta se efectúa polarizándose en él Yo
Superior, elevando así las vibraciones mentales del Ego sobre el plano de
conciencia ordinario. Es lo mismo que levantarse por encima de una cosa y
permitir que ésta pase por debajo. El hermético avanzado se polariza en el
polo positivo de su ser, él YO SOY, más bien que en el polo de su
personalidad, y, rehusando y negando la operación del Ritmo, se eleva sobre
su plano de conciencia, permaneciendo firme en su afirmación de ser, y la
oscilación pasa en el plano inferior, sin cambiar para nada su propia
polaridad. Esto lo realizan todos los individuos que han alcanzado cualquier
grado de dominio propio, comprendan o no la ley. Esas personas rehusan
sencillamente el dejarse arrastrar por la oscilación, y afirmando
resueltamente su superioridad permanecen polarizados positivamente. El
maestro por supuesto, alcanza un mayor grado de perfeccionamiento porque
comprende perfectamente la ley que está dominando con la ayuda de una ley
Superior, y mediante su voluntad adquiere un grado de equilibrio y firmeza
casi imposible de concebir por los que se dejan llevar de un lado a otro por
las oscilaciones de la emotividad.
Recuérdese siempre, sin embargo, que el
principio del Ritmo no puede ser destruido, porque es indestructible. Sólo
es posible sobreponerse a una ley equilibrándola con otra, manteniéndose así
el equilibrio. Las leyes del equilibrio operan tanto en el plano mental como
en el físico, y la comprensión de esas leyes le permiten a uno sobreponerse
a ellas, contrabalanceándolas.
"Nada escapa al principio de causa y efecto,
pero hay muchos planos de Causación y uno puede emplear las leyes del plano
superior para dominar a las del inferior".
Comprendiendo la práctica de la polarización,
el hermético se eleva al plano superior de causación, equilibrando así las
leyes de los planos inferiores. Elevándose sobre el plano de las causas
ordinarias se convierte uno, hasta cierto punto, en una causa, en vez de ser
un simple efecto. Pudiendo dominar los sentimientos y modalidades propias, y
neutralizando el ritmo, se puede rehuir gran parte de las operaciones de la
ley de causa y efecto en el plano ordinario. Las masas se dejan arrastrar,
obedeciendo al ambiente que las rodea, a las voluntades y deseos de algunos
hombres más fuertes que ellas, a los efectos de las tendencias heredades o a
las sugestiones u otras causas exteriores, no siendo más que simples fichas
en el tablero de ajedrez de la vida. Elevándose sobre esas causas, los
herméticos avanzados buscan un plano de acción mental superior, y dominando
sus propias cualidades, se crean un nuevo carácter, cualidades y poderes,
mediante los cuales se sobreponen a su ambiente ordinario, haciéndose así
directores en vez de dirigidos. Esos individuos ayudan a la realización del
juego de la vida conscientemente, en vez de dejarse mover por influencias,
poderes o voluntades externas. Emplean el principio de causa y efecto en vez
de dejarse dominar por él. Por supuesto, aun los seres más elevados están
sujetos a este principio según se manifiesta en los planos superiores, pero
en los inferiores son señores y no esclavos. Según dice "El Kybalion"
"El sabio sirve en lo superior, pero rige en
lo inferior. Obedece a las leyes que están por encima de él, pero en su
propio plano y en las que están por debajo de él, rige y ordena. Sin
embargo. Al hacerlo, forma parte del principio en vez de oponerse al mismo.
El sabio se sumerge en la Ley, y comprendiendo sus movimientos, opera en
ella en vez de ser su ciego esclavo. Semejantemente al buen nadador, va de
aquí para allá, según su propia voluntad, en vez de dejarse arrastrar como
el madero que flota en la corriente. Sin embargo el nadador, el sabio y el
ignorante, están todos sujetos a la ley. Aquél que esto comprenda va en el
buen camino que conduce al Adeptado"
Para concluir, recordamos nuevamente el axioma
hermético que dice que: "La verdadera transmutación hermética es un arte
mental".
En dicho axioma el hermético indica que el
ambiente externo se influencia mediante el poder de la mente. El Universo,
que es totalmente mental, puede ser solamente dominado mediante la
mentalidad. En esta verdad se encontrará la explicación de todos los
fenómenos y manifestaciones de los diversos poderes mentales que tanto están
atrayendo la atención actualmente, en pleno siglo XX. Tras toda la enseñanza
dad por las diversas escuelas o religiones, yace siempre constantemente el
principio de la substancialidad mental del Universo. Si éste es mental, en
su naturaleza intrínseca, fácilmente se deduce que la transmutación mental
debe modificar y transformar las condiciones y los fenómenos del Universo, y
que la mente debe ser el mayor poder que pueda afectar sus fenómenos. Si se
comprende esta verdad, todos los llamados milagros y maravillas dejarán de
tener punto alguno oscuro, porque la explicación es por demás clara y
sencilla.
"Él todo es mente; el Universo es mental".
El esoterismo es rico en palabras-claves,
símbolos y "esencias" conceptuales. Su transmisión, a través de las edades,
implicó un esforzado aprendizaje, una memorización de significados "acentos"
y una persistente custodia de sus valores originales para que nada de lo
preservado perdiera su color, su sabor, su propósito y su intensidad. Al
amparo de tales premisas fue creciendo, paulatinamente el árbol de la
ciencia hermética que reconoce como sus raíces al Kibalion. Y este último
resumen de un conocimiento intemporal, encontró en Hermes Trismegisto a su
más consumado mentor y mensajero... En estas páginas redactadas con hondura
y exactitud por tres iniciados, es dable-pasar revista a tópicos realmente
sapienciales sobre la filosofía oculta. Sus principios rectores (en los que
el mentalismo, la correspondencia, la vibración, la polaridad, causa y
efecto, y la generación juegan papeles preponderantes); la transmutación
mental; la totalidad; el universo mental; la paradoja divina; y los axiomas
herméticos son tan sólo algunos de los temas tan bien expuestos aquí. EL
KIBALION es, pues, una exposición sincera y rotunda de los esquemas básicos
del esoterismo, y como muy bien lo señalan los tres iniciados, no se
proponen erigir un nuevo templo de la sabiduría, sino poner manos del
investigador la llave que abrirá las numerosas puertas internas que conducen
hacia el Templo del Misterio... Y, en rigor de verdad, las muchas
reediciones de esta obra, su constante renovación, a través de los distintos
círculos herméticos del mundo en sus reflexiones, pláticas, conferencias y
clases, son ratificación elocuentísima de las bondades de una doctrina que
ilumina a la humanidad desde hace siglos.
|
|