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La jerarquía
Investigar
las relaciones de poder –la jerarquía-, supone enfrentarse a un sistema
complejo de mandato y obediencia en el que unas personas gozan de diferentes
grados de control sobre otras. El término de jerarquía es estrictamente
social y, por lo tanto, exclusivo de la sociedad humana. Hace referencia a
sistemas de ideas institucionalizadas de mandato y de obediencia.
Etimológicamente, esta palabra deriva del término griego que se refiere a
formas de organización sacerdotales. Siendo un término humano, “jerarquía”
no puede ser aplicado a las llamadas relaciones de “dominio y sumisión” que
se dan entre los animales. Cualquier visión jerárquica del mundo natural
procede del hecho de ver al ser humano como centro y medida de la creación,
pues se refleja esta visión cuando se extrapolan comportamientos y “valores”
que son sólo humanos al mundo natural.
Pero la jerarquía no culmina en un sistema
institucionalizado de obediencia y mandato, sino que invade muchos más
aspectos del ser humano más sutiles: la actividad mental e intelectual, la
sexualidad, la moral, etc. Esta última se rebaja, en un sistema jerárquico,
a simple ética. El ser humano es dominado en su totalidad por un
indescriptible e implacable autoritarismo que toma el control de la mente,
del pensamiento y del sentimiento.
La jerarquía está estrechamente relacionada con la
represión, la anulación y la marginación los seres humanos que no poseen la
autoridad. Desde luego, esto supone graves efectos negativos en las personas
sobre quienes se ejerce la autoridad, ya que los individuos que poseen la
autoridad y sus símbolos, además de todos aquellos que de ella se
benefician, tienen que embotar el pensamiento realista, crítico de las
personas, y hacerles creer la ficción de que la autoridad irracional es
necesaria. Para adormecer la mente idean y llevan a cabo todo tipo de
manejos, y al final consiguen que se embrutezca de tal modo el ser humano
que éste llega a hacerse dependiente de lo que ellos le ofrecen y pierde su
capacidad de confiar en lo que él mismo ve, en su propio discernimiento y en
su juicio.
Puesto que el cerebro humano es un órgano corporal,
necesita ser usado regularmente para mantenerlo en forma. La autoridad
concentra el poder de decisión en quienes se encuentran arriba de la
pirámide, lo cual quiere decir que la mayoría se convierte en ejecutores,
siguiendo las órdenes de otros. Si el músculo no se utiliza, se vuelve
fláccido. De igual manera, si el cerebro no se utiliza el pensamiento
crítico, la creatividad y las habilidades mentales se adormecen y se desvían
por caminos prefijados sagazmente por el Poder, como por ejemplo las
religiones, los nacionalismos, las ideologías, el deporte o la moda. Por
ello, las instituciones jerárquicas fomentan y fuerzan las relaciones de
explotación, que alienan a toda persona que participa inconscientemente en
ellas, pues las alejan de su propia realidad, les resta capacidad de evaluar
y de proceder y las despojan descaradamente de cualquier posibilidad cercana
de conocer y realizar el camino espiritual.
La jerarquía hace que unas personas dependan de una
manera malsana de otras, que quienes están sometidos culpen y se rebelen
contra los que les someten y que, después, estos mismos se aprovechen de esa
misma dependencia y de su poder para “justificar” aún más autoridad y
represión.
Aquellas que se encuentran en posiciones de dominación
relativa tienden a definir las características que deben tener y cumplir las
que les son subordinadas. El estar siempre en una posición subordinada y el
no poder actuar bajo las directrices del propio criterio, ejercer la propia
voluntad en libertad, supone encontrarse condenado a un estado de servil
dependencia y de resignación. En muchas ocasiones, cuando uno se da cuenta
de todo ello, abre sus puertas al sufrimiento y a la enfermedad. Quienes
deben actuar según las órdenes, sin poder realizar lo que ellas mismas
piensan y sienten, pronto llegan a dudar de sus propias capacidades, y
llegan a tener dificultad al actuar por su cuenta en contra de las normas
sociales, los standards y lo que se espera de ellos.
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