|
El ego.
Para Lissette, un ángel de amor
Observando nuestro
interior y afinando los detalles que la vida terrenal nos muestra, no hace
falta esforzarse para descifrar que la misma gira alrededor de dos polos: El
Ego y el Milagro, o lo que es lo mismo, la mente errada y la mente recta o
la separación y la unión. La mayoría de los seres humanos hemos estados
inmersos en situaciones similares, a continuación describo bajo mi óptica y
responsabilidad, lo que considero significan estos dos estados mentales.
El Ego es la fábrica
de pensamientos que hemos hecho realidad, pensamientos limitantes, es el
sistema de exclusión a la Divinidad; aunque nos recuerde que Esa está allí,
es el miedo a dejarnos llevar por un halo de esperanza que nos conduzca al
verdadero amor, es la culpa, es el odio a nosotros mismos y la creencia de
nuestra separación con la chispa divina. El Ego es carencia, que indica que
nos hace falta algo, que tenemos razón de ser, sin saber que el Ser no lo
indica una convicción sino más bien una actitud, y para llegar a ésta
debemos pasar por situaciones no tan fáciles, reflexivas y por lo demás
sanadoras, pero al fin y al cabo paradójicas e inexplicables hasta que tu
decides y lo aceptas. En realidad, el problema no radica en el cuerpo,
tomando como cuerpo, lo físico, lo tangible, radica “en la mente” es el
problema de la culpa y nuestra culpa es una defensa en contra del amor que
en realidad somos. Vemos lo que queremos ver o lo que necesitamos ver -como
escuchar o ver agua en el desierto- no podemos cambiar el mundo, pero
podemos cambiar la forma de mirar al mismo. Sustituimos la culpa de nuestros
Egos, que hemos hecho realidad, por lo real de nuestra identidad como
espíritu, la cual la chispa de divinidad que poseemos nos lo recuerda
constantemente, pero el Ego se encarga de decirnos que no es así, háblale a
esa esencia divina y pídele que te aclare tus pensamientos.
Recuerda siempre
esto, los errores se corrigen. Ahora, ¿qué son los milagros? Los milagros
son como gotas de lluvia regeneradora que caen del cielo sobre un mundo
árido y polvoriento, al cual criaturas hambrientas y sedientas vienen a
morir y ahora tienen agua; ahora el mundo está lleno de verdor y brotan por
donde quieran, señales de vida para demostrarnos que, lo que nace jamás
puede morir, pues lo que tiene vida es inmortal. El milagro es El más sano
de todos los lugares de la tierra; es aquel donde un viejo odio se convierte
en un amor presente. Es la corrección de un pensamiento erróneo o de una
percepción equivocada. La mejor forma de corregir ese error, el cual hemos
internalizado dentro de nosotros es decidirnos a ir a la raíz del problema,
que no es más que la voz del Ego y Perdonar, porque cuando perdonamos, lo
que hacemos realmente es sanar dicho problema, porque la fuente básica del
mismo es la interpretación y se basa y fundamenta en la culpa. La
importancia de reconocer la primacía de perdonar a alguien que está fuera de
nosotros, radica en que toda nuestra culpa está solo en la mente, es
inconsciente, esto significa que no vemos el problema, no podemos hacer nada
al respecto. Una vez más, el Ego fabrica, el Milagro crea.
El
milagro, en verdad es la afirmación de la vida eterna, lo cual se convierte
luego en un Renacer en términos de que pensamos de manera distinta. Si me
siento molesto o disgustado contigo justo este momento; estoy trayendo algo
del pasado. Por esta razón y por la experiencia propia vivida muy
recientemente lo manifiesto: Es imprescindible perdonar ya que le perdón es
el cambio de la forma de mirar el Ego a la de nuestra esencia divina. Un
milagro es un servicio, ya que es una manera de lleva r amor a alguien que
cree en el miedo y al darle amor o ser un canal de amor para ti que estás
atemorizado/a, también lo estoy canalizando hacia mi, lo más amoroso que
jamás pudiéramos hacer, no tiene nada que ver con lo que hacemos a nivel de
formas, es más bien unirnos los unos con los otros a través del perdón.
Cuando en verdad perdonemos y cambiemos nuestra relación de la culpa del Ego
al Perdón, entonces sabremos que Dios está allí, los velos de la culpa que
lo mantenían oculto, desaparecerán. Para finalizar este pequeño tema, me
gustaría dejar una reflexión que de alguna manera me ha ayudado a sanar mi
relación en la manera de ver el Ego hacia mi propia esencia, es sencillo
pero no es muy fácil, hay que trabajarse mucho, con constancia, voluntad y
dedicación, es la siguiente: El verdadero milagro es el amor que lo
inspira... Renuncio a la manera de pensar del Ego –ataques, agresiones, ira,
celos, mentiras, etc- y escojo la manera de pensar de esa divinidad que
albergo en mi interior, “Perdón y Unión”, al ver todas las cosas como
oportunidades para aprender, que estoy perdonando.
|
|