Existe un conocimiento que nos dice cómo articular los principios masculinos
y femeninos dentro del cuerpo humano. La realidad es una, pero nosotros la
percibimos como dualidad. Cada cosa tiene su opuesto, y esa dualidad es
sexual. Sólo podemos retornar a la Unidad trascendiendo esa dualidad.
Este
conocimiento nos habla de un movimiento de las energías sexuales a través
del cuerpo y de la mente con el objetivo de alcanzar el equilibrio entre los
aspectos masculino y femenino del ser humano.
En este
sentido podemos encontrar una técnica que enseña una forma autorrelación
sexual y también otra que explica la conducción consciente de las fuerzas
sexuales entre los dos miembros de la pareja, que mezcla las energías del
hombre y de la mujer por medio de una alquimia interna.
Las dos
técnicas conducen a la misma iluminación, tanto para la persona que practica
en solitario como la que lo hace en pareja. Aunque, la persona que se
ejercita en pareja avanza más deprisa hacia la iluminación, pues la conexión
de su energía con la de su pareja acelera el progreso.
Para
equilibrar las energías femeninas y masculinas hay que estar en el cielo y
en la tierra simultáneamente. Uno debe sentirse bien enraizado en la Tierra,
aunque al mismo tiempo uno se sienta en el mundo del espíritu, en la misma
fuente cósmica.