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CONFIANZA
La confianza en uno
mismo, en los demás, en la Vida es necesaria. Nada es seguro, todo puede
truncarse, pero en tanto no es así, la persona espiritual confía. Tiene
confianza en su interior, en su luz interior. También confía en sus propias
capacidades y recursos. Incluso aunque le pasen desapercibidos, están ahí,
preparados para tenderle una mano cuando las circunstancias lo requieran.
La duda y la confianza
no están reñidas, en absoluto. La duda inteligente y la confianza se apoyan
recíprocamente. La duda es liberadora. Quien duda busca, y al buscar confía
y terminará hallando. Pero la desconfianza, la duda escéptica o sistemática
no esclarece, ciega, nos roba energía y nos debilita. La confianza lúcida y
consciente nos otorga fuerza interior. Cuando hablamos de confianza no nos
referimos a una confianza ciega y obtusa, sino lúcida, reflexiva y acertada.
No hay nadie que no pueda ser luz para sí mismo si así se lo propone y tiene
la suficiente motivación y trabaja sin desmayo. Sobre todo, la persona que
vive espiritualmente tiene total confianza en las posibilidades de ser
consciente y de obrar adecuadamente en su vida. |
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