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Habitantes no humanos del plano astral.
Aunque algunas
personas se comporten como si no fuese así, lo cierto es que el ser humano
no pasa de ser una
de las manifestaciones de vida. Forma parte del Todo, es una parte de la
Vida y la Evolución Universal, no la única.
Del mismo modo
que la tierra, el aire y el agua contienen infinitas formas de vida, ya sean
éstas visibles a simple vista o por medio de microscopio, el plano astral,
en sus diversos subplanos, se halla también densamente poblado por numerosos
habitantes de cuya existencia suele el ser humano mostrarse prácticamente
inconsciente.
Para evitar
una complejidad y una dificultad que no es, ni mucho menos, el objetivo de
este trabajo nuestro, nos limitaremos a distribuir los habitantes no humanos
del plano astral en cuatro clases, con la aclaración de que cada una de
estas clases no es una subdivisión menor, sino que comprende por lo general
un reino de la vastedad del animal o del vegetal.
Algunas de
estas clases son inferiores al Hombre, otras lo igualan, y también hay las
que lo superaron en bondad y poder. Algunas de ellas pertenecen a nuestra
línea de evolución, es decir que han sido o serán Hombres. Otras evolucionan
según su propia y peculiar línea.
1ª CLASE
La esencia elemental
perteneciente a nuestra evolución.
La esencia
elemental
es un nombre aplicado durante ciertas etapas de su evolución a la esencia
monádica, que a su vez puede definirse diciendo que es la efusión
(podríamos decir la "introducción") de la energía divina en la materia.
Para
entendernos lo diremos de un modo más sencillo: los pensamientos o deseos
humanos hallan albergue y toman forman en dicha esencia elemental, formando
así entidades elementales individualizadas. Cualquier pensamiento, cualquier
deseo, "separa para sí una porción de esencia elemental", en la cual se
instala y con la cual se convierte así en una entidad no humana habitante en
el plano astral. El ser humano es capaz de crear con toda facílidad muchas
entidades elementales individualizadas, merced a sus pensamientos y deseos.
2ª CLASE
El cuerpo Astral de
los animales.
Esta clase es
muy numerosa, pero no ocupa una posición muy importante en el plano astral
debido a que sus miembros permanecen allí muy poco tiempo.
La inmensa
mayoría de los animales no han logrado todavía una individualización
permanente, por lo que, cuando mueren, su esencia monádica regresa a su
procedencia masiva. Ello, ciertamente, tras una cierta espera durante la
cual el cuerpo astral del animal se reordena.
3ª CLASE
Espíritus de la
Naturaleza.
Si
consideramos la esencia elemental y el cuerpo astral de los animales
convendremos, ciertamente, en que no tienen características humanas. Sin
embargo, es posible que en una larga evolución llegue a ser así, y se
manifiesten ambos en una futura humanidad comparable a la nuestra.
Pero estos
espíritus de la Naturaleza no se hallan en la misma línea, por lo que no han
sido ni serán nunca humanos. Su línea de evolución es completamente
diferente, y su única relación con nosotros es que convivimos en el mismo
planeta. No cabe pues más actitud por parte de ambos que respetarse
mutuamente sin pretender, ni aun pudiendo, interferir de ninguna manera en
la evolución del otro.
El la Edad
Media los espíritus de la Naturaleza fueron llamados gnomos, sílfides,
náyades y salamandras, según fueran de la tierra, del aire, del agua o del
fuego. Pero también se les conoce vulgarmente con los nombres de hadas,
sátiros, elfos, faunos, duendes, damas blancas, nereidas, trasgos...
4ª CLASE
Los Devas
Los Devas,
llamados también hijos de Dios y ángeles pertenecen a una línea de evolución
superior relacionada con nuestro mundo físico. Pueden ser considerados como
integrantes de un reino inmediatamente superior al humano, del mismo modo
que el reino humano es inmediatamente superior al reino animal. Si bien hay
que tener en cuenta la diferencia entre el ser humano y el animal atendiendo
a lo siguiente: mientras el animal, para su evolución no tiene más remedio
que pasar por el reino humano, el ser humano tiene ante él, cuando ya ha
alcanzado el alto nivel adecuado, siete senderos a elegir. Uno de estos el
la evolución dévica, es decir, aquel desenvolvimiento que podrá conducirlo a
ser un Deva.
Habitantes artificiales.
Éstos forman
una enorme masa de entidades semiinteligentes que se diferencian entre sí,
del mismo modo que se diferencian entre sí los pensamientos de los seres
humanos, por lo que resulta, si no imposible totalmente, sí muy problemática
una clasificación.
Auxiliares invisibles.
Algunas
entidades, aunque no sean del nivel de los Deva o Nirmanankayas, ni mucho
menos, se proponen en determinado momento de su evolución existencial ser
útiles a la humanidad, en un sentido o en otro, en un plano o en otro. Estas
entidades, de escaso desarrollo y relevancia hacen, como suele decirse, lo
que pueden, siendo de admirar sin duda alguna su buena intención y
elogiables propósitos.
Son lo que
suelen llamarse
auxiliares invisibles, nombre plenamente justificado habida cuenta de
que no suelen evidenciarse de ninguna manera. Hacen su labor de ayuda a
cualquier entidad que en ese momento esté precisada de la misma, y eso es
todo.
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