HABITANTES HUMANOS DEL
PLANO ASTRAL
Inicialmente, estos
habitantes del plano astral se dividen en dos grandes grupos: vivos y
muertos.
Los vivos son
aquellos que están encarnados, es decir, que disponen de vehículo o cuerpo
físico en este plano de la Existencia. Los muertos son los que ya
abandonaron el cuerpo físico y sólo disponen de cuerpo astral para su
desenvolvimiento en este plano.
Los vivos
pueden manifestarse existencialmente en los dos planos, es decir, en el
físico y en el astral, mientras que los muertos solamente pueden
manifestarse en el plano astral.
Conviene hacer
expresa aclaración de que los seres humanos nunca están muertos;
ocurre, esto sí, que temporalmente pueden estar desprovistos de cuerpo
físico, por lo que no desarrollan actividades en este plano. Sin embargo, el
hecho de carecer de cuerpo físico no implica de ninguna manera que hayan
cesado en su actividad existencial. Por el contrario, en muchas ocasiones,
al no estar de alguna manera entorpecidos por el cuerpo físico, pueden
llevar a cabo labores más intensas y clarificadoras en el plano astral y el
mental.
En uno u otro
plano, los seres humanos siempre están vivos y activos, cada uno
según su grado de evolución y sus propósitos. Pero aquí, para simplificar,
los llamaremos VIVOS para significar que están encarnados, y MUERTOS para
designar a los que temporalmente se hallan desencarnados.
HABITANTES HUMANOS VIVOS
Este grupo
tiene una subdivisión en cuatro clases, que son las siguientes:
1ª Los
Maestros (llamados también Adeptos) y sus discípulos.
2ª Los
individuos psíquicamente desarrollados, pero carentes de la orientación de
un Maestro.
3ª Los
individuos vulgares y sin orientación alguna.
4ª Los Magos
Negros y sus discípulos.
1ª Clase
Las entidades
pertenecientes a esta clase no utilizan como vehículo el cuerpo astral, sini
el cuerpo mental constituido con materia de los cuatro subplanos inferiores
del cuerpo mental. Este vehículo tiene la ventaja de permitir el instantáneo
traslado del plano mental al plano astral y viceversa, y permite en todo
momento el uso de los agudos sentidos mentales.
El
investigador del plano astral encontrará aquí estudiantes de ocultismo de
todas partes del mundo, pertenecientes a logias o asociaciones que nada
tienen que ver con los Maestros más conocidos, si bien suelen ser todos
ellos abnegados buscadores de la verdad o las verdades.
2ª Clase
Considerando
que el desarrollo psíquico no va forzosamente ligado al desarrollo
espiritual, los individuos de esta clase pueden o no estar desarrollados
espiritualmente.
En cuanto a
las facultades psíquicas con las que nacen, suelen ser fruto de esfuerzos
realizados en una o varias encarnaciones anteriores, y pueden ser de
carácter noble y desinteresado o, por el contrario, plenos de egoísmo e
indignos absolutamente.
Estos
individuos se manifiestan siempre en cuerpo astral, puesto que no saben
actuar en el cuerpo mental.
3ª Clase
Este individuo
carece de facultades psíquicas, y, por lo general, su cuerpo astral flota
vaga e inconscientemente en este plano durante el sueño del cuerpo físico.
En algunas ocasiones, el cuerpo astral flota a merced de algunas corrientes
astrales y ocasionalmente conoce a otras entidades y tiene diversas
experiencias, buenas y malas, de las cuales suele olvidarse o bien confundir
las incidencias de las mismas de un modo que sólo puede ser calificado de
absurdo y grotesco..., y que finalmente le dejan la impresión de haber
tenido un sueño muy extraño, sin más.
4ª Clase
Esta clase se
corresponde con la 1ª, pero en una faceta negativa, es decir, totalmente
opuesta. La cuestión está clarísima: mientras que los Maestros y sus
discípulos se dedican a una obra positiva y de ayuda a toda la humanidad,
los Magos Negros y sus discípulos se dedican a todo lo contrario, es decir,
a una obra maligna y perjudicial para todo el mundo.
Los Magos
Negros, cuyo poder, es similar al de los Maestros, se dedican a causar
daños, engaños y dilemas de toda clase, buscando siempre los mayores
perjuicios para todo el mundo y, de modo muy especial, detener el desarrollo
que podría, algún día, propiciar el establecimiento de una humanidad digna,
inteligente y bondadosa.
HABITANTES
HUMANOS MUERTOS
Recordemos que
la palabra "muertos" no encierra un significado acorde con la realidad de la
Existencia, sino que define a aquellas entidades que se hallan
desencarnadas, pero que están vivas, siquiera sea en otro u otros
planos y, ciertamente, llevando a cabo sus labores.
Se subdividen
en nueve clases, haremos un comentario superficial de ellas.
1ª Clase
Los Nirmanakayas
Son seres
humanos que han alcanzado la perfección, que han dejado ya de lado su
vehículo físico, pero que conservan sus principios inferiores, manteniéndose
en contacto con la Tierra al objeto de ayudar en la evolución de la
humanidad
2ª Clase
Los discípulos en
espera de reencarnación
Parece ser
que, cuando se ha alcanzado un alto grado de perfeccionamiento un discípulo
puede eludir (con la ayuda de su Maestro) la ley natural de las
encarnaciones, la cual consiste en pasar una larga y gozosa temporada (a
veces siglos) en el mundo celeste o devacánico, como corresponde a sus
muchos méritos, antes de proceder a una nueva encarnación.
3ª Clase
El hombre
ordinario después de la muerte
Después de la
muerte del cuerpo físico, el cuerpo astral del individuo pasa al plano
astral donde deberá proceder a lo que podríamos definir como una "limpieza"
o purificación.
4ª Clase
La sombra
Una entidad
temporal que surge del desprendimiento o muerte del vehículo astral.
Esta entidad
es la que se ha dado en llamar Sombra, y conserva muchas de las
características de su original, hasta el punto de que, en determinadas
circunstancias, puede ser confundida con ella.
5ª Clase
El Cascarón
Podemos decir
que hay dos clases de "cascarones": el astral y el etéreo.
Es decir que
el hombre, en su viaje hacia el mundo celeste, deja tras él los desechos de
su cuerpo físico en dos partes, densa y etérea, y también el cuerpo astral,
que se van desintegrando, tras lo cual la materia vuelve a sus respectivos
planos para seguir allí el proceso de la alquimia del universo.
El cascarón
astral es el cadáver astral en el último grado de desintegración, cuando ya
no le queda ninguna partícula de materia mental.
El cascarón
etéreo es el cadáver de la parte etérea del cuerpo físico, que ha de
desintegrarse como éste.
6ª Clase
El Cascarón
Vitalizado
En realidad,
esta entidad no debería ser considerada como humana, ya que corresponde a
los despojos ya insensibles del cuerpo astral, pero activados por el
Elemental artificial que lo anima.
Como la
Sombra, esta entidad sirve únicamente perversos intereses o inclinaciones, y
suele ser utilizada por la Magia Negra.
7ª Clase
Suicidas y
víctimas de accidentes
Estas
entidades acceden al plano astral en condiciones que van desde el
desconcierto a la furia, pasando por la indefensión. Bien se entiende que no
es lo mismo disponer de un tiempo en el que se ve venir la propia muerte, y
cada uno se prepara mejor o peor para afrontar los sucesivos pasos del
proceso, que cuando llega la muerte de súbito, sin dar oportunidad de
preparación alguna.
8ª Clase
Vampiros y Lobos
Al parecer,
estas entidades pertenecen, por así decirlo, a restos de razas inferiores,
que han quedado muy atrás en la evolución general del Hombre.
Suelen ser
individuos de la cuarta raíz, mientras que el Hombre actual pertenece a la
quinta raíz.
9ª Clase
El Mago Negro y
sus discípulos
Los Magos
negros son, en síntesis, lo opuesto a los discípulos en espera de pronta
reencarnación en el plano astral, citados en la 2ª Clase. Es decir, que
mientras éstos ansían la pronta reencarnación para poder seguir ayudando en
la evolución general del ser humano, los magos negros están cargados de
pérfidas intenciones y deseos.
Para lograrlo,
permanecen en el plano astral tercamente con la intención de regresar al
mundo físico a continuar haciendo de las suyas. Los procedimientos de que se
valen los magos negros y sus discípulos para lograr esa inusitada
permanencia en el plano astral son tan horribles que no es prudente
describirlos. Baste saber que, en cualquier caso, toda entidad humana que
prolongue su vida astral más allá de lo naturalmente establecido, sólo puede
hacerlo a costa de la vitalidad robada a o

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