El cuerpo astral.
La palabra astral,
que comenzó a ser utilizada por alquimistas de la Edad Media, significa
estelar, y nos da a entender que está referida, en relación al ser humano, a
la luminosidad de su materia así denominada, parecida a la de una estrella.
El estudio de este
mundo o plano es uno de los más complejos, pero, afortunadamente, se ha
avanzado mucho en él, se saben muchas cosas
que, en su
mayor parte, parecen haber sido comprobadas por personas ya tan
evolucionadas que pueden ser tenidas como Guías o Maestros.
Se dispone de
la vista astral, también llamada vista de la cuarta dimensión debido a que,
ciertamente, sus alcances sobrepasan los habituales de la vista que vamos a
llamar "normal", o sea, la de la persona corriente.
Los chakras o
centros de fuerza también son conocidos, y además, de muy antiguo. También
para verlos es preciso de la vista astral, y entonces se captan cosas que
sólo pueden ser calificadas de maravillosas e incluso de portentosas.
Tampoco es fácil estudiar los chakras.
Sin
embargo, siempre hay un sistema que lo facilita todo cuando el ser humano
desea aprender; quiere decirse que lo desea personal e íntimamente, no que
se le impone determinado aprendizaje. Quien desee verdaderamente aprender el
tema del mundo astral y los chakras lo tiene, en realidad, muy fácil... la
voluntad.
Nada se
aprende en profundidad en un instante. Ni siquiera las cosas sencillas. Todo
proceso tiene un principio, una base, un abc que debe ser asimilado
prioritariamente.
Y es con la
ampliación progresiva de conocimientos que el ser humano abandona las bajas
y groseras esferas en las que suele habitar y llega, más pronto o más tarde,
a alcanzar las más altas cimas de la noble condición de ser humano
evolucionado "de hombre despierto".
El camino
empieza ahora.
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