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Regreso a la normalidad.
Como ya hemos
comentado anteriormente, la fiebre de la "caza de brujas" pudo ascender a
250.000 o 300.000 víctimas en Europa.
Aunque es imposible
obtener cifras exactas, se calcula que, a principios del siglo XVIi, habían
muerto convictos de brujería, más de 200.000 personas en toda Europa... y
éste, se afirma, es un cálculo moderado. Alemania, que combatió la brujería
con un ardor que no conoció rival en toda Europa, se atribuye un mínimo de
100.000 de estas víctimas, y España más de 30.000, mientras que Inglaterra
"solamente" ejecutó a unos 1000 brujos. Salvador de Madariaga, en cambio, va
en sus cifras un poco más lejos: 300.000 para Europa, 200.000 para Alemania,
70.000 para Inglaterra (cifra que es dada también por otros autores)... De
todos modos, estas cantidades tienen una importancia transitoria, y nunca
podrán ser absolutas. Además, a los ajusticiados habría que añadir los
condenados a diversas penas más leves, los encarcelados de por vida... De
1575 a 1700, dicen algunos cronistas, la Inquisición inculpó a un millón de
brujos, cuyas confesiones, obtenidas siempre bajo tortura, hacen hoy
sonreír: haber acudido a los sabbats en forma de lobos, serpientes o machos
cabríos, haber devorado niños, haber cometido los excesos más absurdos.
Todo, absolutamente todo, va a ser creído durante ese período...
Pero, a partir del
siglo XVI, la Inquisición empieza a retroceder. Primero deja paso a los
tribunales seculares, que al principio seguirán sus huellas con el mismo
fanático rigor. Esto durará hasta finales del siglo XVII. Entonces, y debido
a que este clima de terror y persecución no era bueno para el comercio, el
rigor decrecerá poco a poco. En Holanda, primer país que terminó con la
"caza de brujas", la última ejecución pública ocurre en 1610. Inglaterra le
sigue en 1684. En 1682, en Francia, un edicto de Luis XIV suprime
absolutamente la pena de muerte por brujería. La última ejecución pública en
Francia ocurre en 1745. Como un mar que, tras una tempestad, se va calmando,
va cediendo su oleaje; y aunque en algunos rincones apartados el populacho
siga, durante un tiempo, atacando supersticiosamente a los pretendidos
brujos, y se produzcan algunas ejecuciones populares aisladas, el remanso,
iniciándose en las grandes ciudades y extendiéndose poco a poco, va haciendo
volver a renacer la calma en todos los lugares.
Así, como
durmiéndose, progresiva y suavemente, termina uno de los períodos más
discutidos de la historia de la humanidad... un período que, pese a todo,
palidecerá ante las 34.000 ejecuciones ocurridas en Francia en el transcurso
de ¡sólo dos años! Del Reinado del Terror, y ante los pretendidos 6.000.000
de judíos exterminados por el nazismo. Un período que tendrá algunos tímidos
rebrotes, como en España, donde, tras haber sido abolida en 1813, la
Inquisición es restablecida temporalmente por Fernando VII... pero que, pese
a todos sus fallos y excesos, cumplida ya su misión histórica, no volverá a
renacer.

Brujas ahorcadas
en Inglaterra. Esta pena era menos común que la de la hoguera, aunque en
algunos lugares, por humanidad, los reos eran estrangulados antes de ser
arrojados al fuego a fin de evitarles la agonía de una muerte lenta y
cruel.

La
prueba del agua. Fuera culpable o inocente, el final del acusado era, en
esta prueba, siempre la muerte...
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