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Autor del
Necronomicrón.
Alrededor
del año 730, en un lugar recondito llamado Damasco, fue escrito un libro
conocido con el nombre de Al-Azif
-El murmullo de los demonios- Azif era el término utilizado por los
árabes para designar el ruido nocturno -producido por los insectos- que, se
suponía, era el murmullo de los demonios. Posteriormente sería traducido por
el griego Theodorus Philetas con el nombre de Necronomicon -El libro
de los muertos-
Este poeta visitó las ruinas de Babilonia y
los subterráneos secretos de Menfis, y pasó diez años en la soledad del gran
desierto que cubre el sur de Arabia, el Rub al Khali o “espacio vacío” de
los antiguos y el Dahna o “desierto escarlata” de los árabes modernos. Se
dice que este desierto está habitado por espíritus que protegen el mal y por
monstruos de muerte. Las personas que dicen haber penetrado en él cuentan
que se producen cosas extrañas y sobrenaturales allí. Durante los últimos
años de su vida, Abdul al- Hazred vivió en Damasco, donde erscribió el
Al-Azif, y en donde circularon rumores terribles y contradictorios
concernientes a su muerte o a su desaparición, en el año 738. Su biógrafo
del siglo XII, Ibn-Khallikan, cuenta que fue asido en pleno día por un
mostruo invisible y devorado de forma horrible ante un gran número de
testigos aterrados
por
el miedo. Se cuentan también muchas cosas de su locura. Pretendía haber
visto a la famosa Irem, la ciudad de los pilares, y haber hallado bajo las
ruinas de cierta ciudad situada en el desierto los anales y los secretos de
una raza más antigua que la humanidad. Fue un musulmán poco devoto, adorando
entidades desconocidas que llamaba Yog-Sothoth y Cthulhu.
Sin lugar a dudas, este libro tiene fama de
dar pie a las más grandes confusiones.
Es mencionado como un libro de conocimientos
arcanos y de magia ritual que provoca locura con solo leerlo. Pero como dice
el sabio. “El maestro siempre acude cuando el discípulo esta preparado”. |
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