La apertura de la Órbita
Microcósmica puede facilitarse mediante una correcta utilización de los ojos
y la lengua. La lengua es el puente que conduce la energía a través de la
brecha entre el paladar y la garganta. Existen tres posiciones para
apoyarla: justo detrás de los dientes, hacia el centro del paladar y al
fondo del todo, en la zona final blanda del techo del paladar. Esta Última
posición es particularmente buena para la circulación de la energía. En el
acto sexual, los amantes pueden conectar sus Órbitas Microcósmicas poniendo
en contacto sus lenguas, y, si el hombre retiene el semen, pueden hacer
circular interiormente sus energías a través de ambos cuerpos. Esto completa
el circuito en el “cultivo dual” y hace que las energías femeninas y
masculinas del hombre y de la mujer circulen de uno a otro y vuelvan a
regresar, de tal manera que los genitales unidos constituyen los terminales
inferiores de su Órbita Microcósmica ampliada, y las lenguas unidas los
terminales superiores.
En cuanto a los ojos, el
espíritu se activa haciendo girar los ojos, y la energía se activa mediante
la respiración. Puedes ayudar a tu mente a dirigir la energía haciendo girar
los ojos lentamente en el sentido de las manecillas del reloj hasta que
llegan a las 12, para cruzarlos luego y situarlos en los ángulos
interiores y hacerlos girar de nuevo hacia arriba en el sentido contrario,
cruzarlos y bajarlos otra vez, hacerlos subir en el sentido del reloj, etc.
Mientras giras los ojos hacia arriba, imagínate que la energía sube por el
canal de la espalda, y cuando los cruzas y los haces bajar, visualiza la
energía que desciende del paladar a la garganta, al plexo solar y al
ombligo.
Mediante la coordinación de
los ojos y el aliento durante la meditación, el espíritu y la energía se
armonizan y la mente va adquiriendo gradualmente el control del flujo de la
energía por la Órbita Microcósmica. Es recomendable hacer girar los ojos
hacia arriba y elevar la energía durante la inhalación, elevarla desde el
sacro a lo largo de la columna y llevarla hasta la cabeza durante la fase de
inhalación, y dejarla bajar luego de la cabeza al abdomen durante la
expiración.
Aunque puede ser a la inversa,
el principio fundamental para el control del aliento y la energía durante la
respiración profunda es el siguiente: En la inhalación, la energía asciende;
en la exhalación, la energía baja.
