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ABSORBER LA ESENCIA Y ACUMULAR LA ENERGÍA
Tanto en los hombres como en las mujeres, las secreciones sexuales contienen
muchas sustancias puras, potentes y bioquímicamente activas: hormonas,
enzimas, proteínas, vitaminas y otros elementos. Cuando las secreciones
femeninas son liberadas en el cálido y húmedo medio de la vagina durante el
coito, entran en contacto directo con la sensible y finísima piel del pene,
repleto de sangre. El calor corporal abre los poros de esta tensa piel, y el
roce rítmico entre la vagina y el pene hace que cantidades bioquímicamente
significativas de “esencia” femenina sean absorbidas por el hombre. De
hecho, bastan ínfimas cantidades de hormonas esenciales para ejercer
profundos efectos fisiológicos en todo el sistema endocrino, una vez
llegadas a la corriente sanguínea. En el hombre sexualmente excitado, la
sangre circula poderosamente por el pene y recoge todas las hormonas que
hayan sido absorbidas de la vagina por fricción y osmosis. De forma
semejante, los tejidos esponjosos de la vagina absorben los elementos
activos de las propias secreciones de la mujer y, si existe eyaculación, del
semen masculino.
Si la sífilis, el herpes, el SIDA, etc., pueden “cogerse” por el contacto
con los órganos sexuales de una persona enferma, las personas sanas
intercambian del mismo modo enzimas y hormonas. Si machaca usted varios
dientes de ajo y se aplica la pasta resultante sobre el muslo, el abdomen o
cualquier otra parte del cuerpo, la cubre con un paño húmedo y caliente y la
frota sobre la piel, su aliento no tardará en oler a ajo. El aceite de ajo,
que, como la mayoría de las hormonas, es una sustancia sumamente
concentrada, penetra en la piel en cantidades microscópicas y es absorbido
por la corriente sanguínea, que lo transporta a todas las partes del
cuerpo, incluidos los pulmones. Si una diminuta gota de “esencia” de ajo
puede atravesar la piel, entrar en la corriente sanguínea y hacer que el
aliento huela a ajo, muy lejos del punto de entrada, también una gota de
esencia sexual masculina o femenina debe poder hacer lo mismo y atravesar
las superficies aún más finas, húmedas y cálidas de la vagina y del pene,
sobre todo si se utilizan las técnicas alquímicas para prolongar el contacto
directo.
Para las mujeres, las frecuentes relaciones sexuales con orgasmo constituyen
el método más eficaz para cultivar la esencia sexual y la energía. Para los
hombres, las relaciones sexuales frecuentes sin eyaculación son la manera de
cultivar la esencia sexual y la energía.
También, la retención del semen durante el coito no sólo permite que el
hombre preserve y reabsorba su propia esencia, sino que además le permite
prolongar el acto durante el tiempo necesario para que su compañera
disfrute de un orgasmo completo, que le hará liberar sus más potentes
secreciones femeninas para beneficio del hombre. En efecto, así “mata dos
pájaros de un solo tiro”, pues conserva su propia esencia al tiempo que
libera y absorbe la de la mujer. |
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