La Ley del
desapego.
En el desapego se
encuentra la sabiduría
De
la incertidumbre, en la sabiduría
de
la incertidumbre se encuentra la libertad
con respecto a nuestro pasado, con respecto
a
lo conocido, que es la cárcel
del condicionamiento pasado.
Y
nuestra disposición a adentrarnos
En
lo desconocido, el campo de todas
Las posibilidades, nos sometemos
A
la mente creativa que dirige
La
danza del universo. |
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Esta Ley dice que
para adquirir cualquier cosa en el universo físico es preciso renunciar al
apego a esa misma cosa. Esto no quiere decir que abandonemos la intención de
crear nuestro deseo. Abandonamos nuestro apego al resultado.
Esta acción es muy
poderosa. En el momento en que renunciemos al apego al resultado, combinando
la intención apuntada con el desapego simultáneamente, tendremos todo lo que
deseamos.
El apego se basa en
el miedo y en la inseguridad, y la necesidad de seguridad se basa en la
falta de conocimiento de nuestro Yo verdadero.
La búsqueda de la
seguridad es una ilusión. La solución a esta necesidad humana se encuentra
en la sabiduría de la inseguridad o de la incertidumbre.
La búsqueda de la
seguridad y de la certidumbre no es más que un apego a lo conocido y lo
conocido no es más que la cárcel del condicionamiento pasado. La
incertidumbre, por su parte, es el terreno fértil de la creatividad y la
libertad puras, supone adentrarse en lo desconocido en cada momento de
nuestra existencia. Lo desconocido es el campo de todas las posibilidades,
siempre frescas, siempre nuevas, siempre abiertas a la creación de nuevas
manifestaciones. Sin incertidumbre y sin lo desconocido, la vida no sería
más que la repetición trillada de recuerdos gastados. Nos volvemos víctimas
del pasado, y nuestro verdugo de hoy es el yo que nos queda en el ayer.
La fuente de la
riqueza, de la abundancia, o de cualquier otra cosa en el mundo físico es el
Yo. Todo lo demás son símbolos (automóviles, casas, billetes) transitorios
que van y que vienen. Perseguir los símbolos es como conformarse con un
plano en lugar del terreno verdadero. Así se genera angustia; acabamos
sintiéndonos huecos y vacíos, porque cambiamos nuestro Yo por los símbolos
de nuestro Yo.
El apego procede de
la conciencia de pobreza, pues el apego siempre se dirige a los símbolos. El
desapego es equivalente a la conciencia de riqueza, pues con el desapego
existe la libertad para crear. Sólo con la participación desapegada podemos
tener alegría y buen humor. De esta forma, los símbolos de la verdadera
riqueza se crean espontáneamente y sin esfuerzo.
La verdadera
conciencia de la riqueza es la capacidad de tener cualquier cosa que
deseamos, en el momento en que la deseamos y con el mínimo esfuerzo
Aplicación práctica.
1. Hoy practicaré el
despego. Intervendré en todo con participación desapegada.
2. Hoy viviré la
incertidumbre. Cuanto más inciertas parezcan las cosas, más seguro me
sentiré yo, pues la incertidumbre es el camino que me conduce a la libertad.
3. Me adentraré en el
campo de todas las posibilidades y viviré toda la magia, misterio y alegría
de la vida.
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