Muy importante:
La
clave de lectura, el secreto para realizar la correcta lectura y comprensión
de estos textos, reside en leerlos y aplicarlos a nuestro interior.
Como es dentro es
afuera y como es en el interior es en el exterior: se puede extrapolar
hacia la sociedad, pero lo importante es utilizar este conocimiento de
forma introspectiva.
Y, si tienes alguna
duda con respecto a la aplicación práctica de los textos... lee los
evangelios.
"Yo camino entre los hombres como entre fragmentos del futuro: de aquel
futuro que yo contemplo. Y todos mis pensamientos y deseos tienden a
pensar y reunir en unidad lo que es fragmento y enigma y espantoso azar".
Aquí os vais a encontrar con una tremenda interrogación plantada al
borde del camino que el hombre europeo ha venido recorriendo hasta ahora
y que ha estado caracterizado por la herencia de la Antigüedad y
dos mil años de cristianismo. Allí donde este camino parece acabarse
vemos sospechosos sus valores más fundamentales.
Absténganse
de entrar en estas letras los que aman más las soluciones que los
problemas, y buscan "críticas constructivas", no inquietantes.
Absténganse
jóvenes-viejos, cansados antes de empezar a trabajar
Absténganse
neonazis, porque "voluntad de poder" no significa ciertamente ambición
de mando, ni brutalidad, ni imposición de una orden.
Absténganse
cristianos porque no hallarán aquí ningún consuelo a su medida.
¿Quién puede
entonces entrar? Quien ame la verdad, a pesar de lo que pueda doler su
conocimiento.
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El
conocimiento más profundo parece necesariamente -¡y debe parecer! una
tontería y, en determinadas circunstancias, un crimen cuando llega
indebidamente a oídos de quienes no están hechos ni predestinado para
él. Lo que sirve de alimento o de tónico a una especie superior de
hombres tiene que ser casi un veneno para una especie muy diferente de
aquélla e inferior.
Asimismo, el
conocimiento que arriba a oídos no preparados puede tener un valor
inverso para el alma y para la salud de aquél que lo aplica y puede ser
nefasto para toda la humanidad.
Y,
a partir de aquí, vamos a conocer los fundamentos
que nos ayudarán a vivir desde el vacío, sin asidero firme, sin refugio.
Pero nos lo querrá impedir nuestra cobardía: ella no quiere que nos
coloquemos en la fría intemperie. Si no tenemos oídos para oír este
mensaje seremos los más despreciables de la creación porque preferimos
el pequeño placer de los valles al viento helado de las montañas. |