Las condiciones
para la entrada al discipulado oculto
Las condiciones
relacionadas con la entrada al discipulado oculto no se establecen por
arbitrariedad, sino que resultan de la naturaleza del conocimiento oculto.
En verdad, el maestro
sólo puede dar consejos, y en tal sentido ha de recibirse todo lo que él
diga. Él ha recorrido los caminos preparatorios del conocimiento de los
mundos superiores y sabe por experiencia lo que el discípulo necesita. De la
libre voluntad de cada uno depende enteramente el seguir o no los mismos
caminos.
Aquél que no quiera o
no pueda cumplir las severas condiciones del discipulado tendrá, por el
momento, que renunciar al discipulado oculto. Es verdad que las condiciones
del camino son severas, pero no duras, pues su observancia debe ser un acto
de libre decisión. Para quien no lo tenga en cuenta, las exigencias de la
enseñanza oculta fácilmente pueden parecer como que ejercieran una coerción
sobre el alma o la consciencia, pues el discipulado consiste en un
desarrollo de la vida interior, por lo que el instructor tiene que dar
consejos que se relacionan con ella. Pero no puede considerarse como una
presión o coerción lo que se exige como resultado de una libre decisión.
Si alguien dijera a
su maestro: transmíteme tus secretos, pero déjame con mis emociones,
sentimientos e ideas habituales, pediría algo totalmente imposible, porque
no buscaría otra cosa que la satisfacción de su curiosidad y su deseo de
saber algo nuevo. Pero con tal actitud nunca se puede adquirir el
conocimiento superior.
A continuación se
darán a conocer las condiciones que el discípulo debe observar, y se debe
hacer notar que no se exige el pleno cumplimiento de ninguna, sin únicamente
el esfuerzo hacia tal cumplimiento. Nadie podrá cumplirlas íntegramente,
pero todos pueden ponerse en camino con el fin de conseguirlo. Sólo se
requiere la voluntad con una firme actitud interior.
|