LOS CULTOS TÁNTRICOS
Alquimia interna
Dos caminos,
una meta
La
sexualidad en el misticismo oriental
En otro apartado de la Web se
encuentran los temas
Alquimia sexual
Sexualidad masculina
Soluciones para los problemas de erección e impotencia
Problemas de frigidez y disminución
de la libido en la mujer
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¿Es el culto del Tantra, tal como sostienen sus críticos, simplemente una
excusa para ciertos excesos sexuales? ¿O son sus ritos, tal como afirman
quienes lo practican, la clave de la salvación final del espíritu?
El Universo entero se halla en perfecto equilibrio; sus dos polos primarios
están equilibrados, con toda precisión, como un dios y una diosa acoplados
en una unión divina e íntima. Así pues, la meta espiritual más alta es
llegar a obtener una resonancia con este estado insuperable a través de los
ritos sexuales.
Todo esto dicen los
seguidores del Tantra, culto que se originó en el antiguo Oriente y que ha
ganado popularidad entre los teósofos y místicos occidentales desde, por lo
menos, finales del siglo XIX. Este culto sigue su expansión -en muchos casos
secretamente- en la sociedad contemporánea.
A quien desconozca este
culto, tales ritos pueden parecerle una simple tolerancia ante una actividad
sexual promiscua y obscena. Es más, los rituales pueden dar aparentemente
una sensación de depravación y de magia negra. Sin embargo, en su sentido
más puro, el tantrismo no es nada de eso. "Tantra" es una voz sánscrita que
significa "urdimbre". Representa un conglomerado de enseñanza escrita -la
urdimbre- a través del cual quedan enhebradas la práctica y preparación
física y moral suplementarias -la trama- necesarias para la adquisición de
la experiencia personal y directa de Dios, los dioses, la Esencia Universal,
el Ser Supremo de Luz y lo Último, sea cual fuere la forma escogida por
quien busca la sabiduría y la salvación para enfrentarse a esta temible
meta.
De hecho, los aspectos sexualmente explícitos, eróticos y, para algunos,
repugnantes de los ritos tántricos comprenden sólo un pequeño porcentaje de
la integridad de los textos escritos. Con todo, es probable que,
efectivamente, sean dichas prácticas y los poderes que supuestamente
confieren el factor más importante de la atracción de los occidentales hacia
este culto.
El tantrismo ha sido
casi siempre practicado en secreto. Y, pese al aumento de la permisividad
sexual verificada en la segunda mitad del siglo XX, todavía constituye un
culto secreto. Aunque los textos más antiguos daten sólo de finales del
siglo X, se dice que hubo muchos otros más antiguos, destruidos por
sucesivos invasores del valle del Indo y por hindúes ortodoxos que trataron
de acabar con el Tantra. Bibliotecas de escritos tántricos fueron
incendiadas, monasterios de este culto fueron arrasados, y sus sacerdotes
ejecutados, por lo cual maestros y seguidores procuraron esconderse. Por
otra parte, el Tantra cuenta, aparte de las prácticas sexuales, con muchos
elementos que ofendían a los perseguidores y que horrorizan a los críticos
modernos.
En la filosofía
tántrica, los dos dioses mayores, que personifican los dos polos
equilibrados del cosmos, son Siva y su consorte Saktï. Pero es ésta la más
importante de los dos, puesto que viene a ser la fuerza primaria, creativa y
activa, la Diosa Madre, Gran Madre o Gran Diosa. Los tántricos no poseen
ningún sistema de castas: consideran a las mujeres totalmente iguales a los
hombres y, en numerosos ritos, conciben a la mujer como el vehículo físico
de la propia diosa Saktï.
La variedad de temas que
aborda el tantrismo es tan amplia, que cubre casi todas las áreas de la
filosofía ocultista. Incluyen la creación y la destrucción última del mundo,
un panteón entero de deidades y su significado y simbolismo internos, yoga y
meditación, el viaje astral y la conciencia sublimada, la longevidad
prolongada y, desde luego, los ritos sexuales, a través de los cuales se
pretende obtener un enorme poder y discernimiento.
Más de un comentarista
ha apuntado que los grimorios medievales, los rituales de la magia
occidental y los hechizos parecen proceder del tantrismo oriental, aunque
hayan sido revestidos con elementos occidentales. Hacen falta largos y
difíciles períodos de preparación y ejercicios para alcanzar algo, según el
sistema tántrico. Existen complejos ejercicios de respiración, gestos y
posturas ideados para obtener el control de la temperatura corporal, la
velocidad del pulso y otras funciones corporales automáticas. Se llevan a
cabo intensos y profundos ejercicios mentales, calculados para llegar a un
control verdadero y total de la voluntad.
Los adeptos más
avanzados son finalmente elevados mental, corporal y espiritualmente para
armonizar su más alta esencia interior con la quintaesencia del Espíritu
Universal. En principio, esto sería una meta de carácter religioso, pero
muchos insisten en que el Tantra no es una verdadera religión.
Los textos que describen
las técnicas del Tantra se expresan mediante un simbolismo enormemente
alegórico y críptico, ideado para ocultar el significado interno. Las
secciones que tratan la alquimia espiritual, por ejemplo, no parecen
describir a primera vista nada más que el esfuerzo físico gastado en el
intento de trasmutar los metales bases en oro. Sin embargo, lo que pretenden
es una ampliación interior del mismo, la búsqueda del hombre despierto.
Los
siete chakras, según un grabado del siglo XIX. El chakra más bajo se
encuentra en la base del espinazo, donde yace kundalini, serpiente que
simboliza a la diosa Saktï. Los tántricos intentan despertarla y hacerla
subir por el cuerpo hasta el dios Siva, el chakra más alto, que se halla
en la coronilla. Cuando tiene lugar esta "unión divina", el tántrico ha
llegado a su meta final, lo cual requiere años de riguroso entrenamiento.
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